Desde el próximo 1 de octubre no se podrá entrar en el Vaticano si no se está vacunado contra la Covid-19 o, al menos, se posee la certificación de haber superado la enfermedad o una prueba diagnóstica negativa hecha con 48 horas de antelación. Así lo recoge la ordenanza del presidente de la Comisión Pontificia del Estado de la Ciudad del Vaticano sobre Emergencias Sanitarias, hecha pública este lunes.
El control se llevará a cabo por el cuerpo de Gendarmería en los accesos al Estado, y se aplicará a los ciudadanos residentes en el Vaticano, al personal contratado de cualquier índole en los distintos organismos de la Santa Sede y a los turistas. Quedan exentos, sin embargo, los fieles que acudan a las celebraciones litúrgicas celebradas en el Vaticano y los edificios que dependen de este. Y es que la nueva ordenanza hace referencia, además, a los edificios incluidos en los artículos 15 y 16 del Tratado Lateranense, es decir, aquellos que se encuentran en territorio italiano pero cuya administración depende de la Santa Sede, como es el caso de las basílicas de Santa Maria Maggiore, San Calisto (en el barrio romano de Trastevere) o San Giovanni Laterano.
Las acreditaciones se podrán hacer tanto con el Certificado Digital Covid del Estado (‘Green Pass Vaticano’), emitido por el Vaticano, como por el Certificado Digital Covid Europeo, en vigor desde el pasado 15 de julio de 2021. Asimismo, para ciudadanos extracomunitarios, se permitirá un certificado verde de Covid-19 propia de sus países que acredite la vacunación contra el SARS-Cov-2, la recuperación del SARS-Cov-2, o una prueba molecular o de antígenos rápida con un resultado negativo.
Si bien la ordenanza no especifica si habrá sanciones o qué tipo de medidas se adoptarán de cara a los trabajadores que no tengan el certificado, lo cierto es que durante el vuelo de regreso de su viaje pastoral a Hungría y Eslovaquia, el papa Francsico señaló que hay varios “antivacunas” entre los trabajadores del Vaticano y que estaban viendo “como ayudarles”.
De hecho, el Papa mostró su consternación ante el hecho de que haya gente que rechace las vacunas. “Hay quien dice que es un peligro porque con la vacuna entra el virus dentro”, apuntaba. “También en el colegio cardenalicio hay algunos negacionistas y uno de ellos, pobre, estuvo ingresado con el virus. Ironías de la vida”, ha afirmado en clara alusión al cardenal Raymond L. Burke, aunque sin citarlo.