Parece que no se han detenido las nuevas informaciones en torno a Francesco Spagnesi, el sacerdote detenido el pasado martes en la localidad italiana de Prato acusado de tráfico internacional de drogas y malversación de fondos. La doble vida del cura de 40 años pasaba por utilizar las donaciones de los fieles para comprar droga que consumía en fiestas sexuales junto a su amante y cómplice, Alessio Regina, también detenido, y a otras personas que conocía a través de páginas web de encuentros sexuales.
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Doble vida
A esta doble vida se añade ahora una acusación de tentativa de lesiones graves al ser seropositivo y no informar a sus parejas sexuales. La investigación se centra en dos asistentes habituales de las orgías del sacerdote cuyos análisis han revelado que son seropositivos. Esta conducta se suma al hecho de que Spagnesi compraba y distribuía cocaína y GBL, un potente narcótico variante del GHB, la llamada ‘droga de la violación’, que importaba ilegalmente desde Holanda.
La Fiscalía ha informado que el sacerdote no mencionó a sus parejas sexuales que que poseía este virus de transmisión sexual. Los investigadores han registrado la casa del sacerdote y sometido a la prueba del VIH a su socio Alessio Regina, que podría ser víctima en caso de dar positivo. Este delito acarrea penas de 6 a 12 años según el código penal italiano. A las orgías solían acudir entre 20 y 30 personas, según ha declarado el propio Spagnesi.