El Consejo Misionero Indígena (CIMI), ente adscrito a la Conferencia de Obispos, ha desmentido el discurso de Jair Bolsonaro, presidente de Brasil, en la en la inauguración de la 76ª Asamblea General de la ONU este 21 de septiembre. Aseguran que “el choque entre la declaración ficticia y la realidad vivida por la mayoría de los brasileños fue evidente”.
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En especial, cuando Bolsonaro cita que “cerca de 600.000 indígenas vivirían en plena libertad en su tierra, que los indígenas aspirarían a vivir de la ‘agricultura’ y que el 80% de los indígenas ya estarían vacunados en Brasil y eso no es la verdad”.
Ni un centímetro de tierra a indígenas
Además la política anti-indígena del presidente brasileño data desde su campaña tras prometer que de ser electo “no demarcaría ni un centímetro de tierra indígena; desde 2018, de hecho, no se ha regularizado ninguna tierra indígena”.
Por tanto “contrariamente a la versión presentada en el discurso del presidente, la realidad que viven los pueblos indígenas en Brasil, bajo el actual gobierno, es de conflictos, violencia y retiro de derechos”.
“El diálogo con los pueblos y sus organizaciones fue negado con base en una visión integracionista y prejuiciosa, que niega la identidad y autonomía de los pueblos indígenas en Brasil”, añadieron.
Frente a esa frase “viviendo en sus tierras en libertad”, reiteran que “todas las acciones de este gobierno tenían como objetivo hacer inviable o reducir el derecho de demarcación y usufructo exclusivo de los pueblos indígenas sobre sus tierras tradicionalmente ocupadas”.
Seguir apoyando a los indígenas
Asimismo han denunciado que el Proyecto de Ley de la Cámara Federal (PL) 191/2020, para regular la explotación de recursos minerales y hídricos en territorios indígenas y legislaciones afines fueron elaboradas “sin la participación de los pueblos indígenas y llegaron a establecer nuevos conflictos territoriales”.
Por ello, como resultado de estas acciones, “los indígenas fueron sorprendidos por el incremento en la invasión de territorios por mineros, madereros, fraccionamientos inmobiliarios, construcción de carreteras, agroindustria”.
“Este avance se produjo con el apoyo explícito del actual gobierno, y en medio de una crisis sanitaria provocada por el coronavirus”, han explicado.
Por ahora “hacemos un llamado a la sociedad nacional e internacional a seguir apoyando la lucha por la realización de los derechos de los pueblos indígenas, con las posibilidades reales de tener un medio ambiente más saludable, equilibrado con la vida en el planeta, nuestra Casa Común”.
Foto: EFE