El Acto de Apertura del Curso Académico 2021-2022 de la Universidad Pontificia de Salamanca (UPSA) ha tenido lugar este viernes. Durante su discurso inaugural, la rectora de la institución, Mirian Cortés Diéguez, ha subrayado la eficacia de la presencialidad en la institución académica y la colaboración de la comunidad universitaria para garantizar una formación de calidad a los estudiantes. “La UPSA ha demostrado su capacidad para crecerse ante las dificultades y convertirlas, incluso, en oportunidad de mejora”, ha destacado la rectora.
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Por su parte, el Gran Canciller de la Universidad, el cardenal Ricardo Blázquez, arzobispo de Valladolid, ha presidido la Eucaristía en la Iglesia de La Clerecía y, posteriormente, también el acto inaugural en el Aula Magna.
“En la UPSA hemos sido testigos de que solo la unión y el esfuerzo colectivo son capaces de plantar cara a las dificultades; en efecto, la entera comunidad universitaria se alineó para seguir impartiendo y recibiendo la mejor formación posible”, ha señalado Cortés haciendo referencia al periodo de pandemia.
Recuperar la normalidad
Por este motivo, la rectora ha insistido en reiteradas ocasiones durante su discurso en el agradecimiento a los integrantes de la comunidad universitaria –profesores, alumnos y personal de administración y servicios– por su responsabilidad “admirable”. Así, ha ensalzado a los estudiantes, “quienes, a pesar de lo antinatural de la situación y la consiguiente desmotivación, han dado una lección de madurez y de capacidad de adaptación y superación”.
Del mismo modo, Cortés ha subrayado que confía en que este curso pueda recuperar paulatinamente la plena actividad en los Campus y, con ella, “volver a las auténticas relaciones humanas entre compañeros, colegas y amigos y desarrollar otras facetas culturales y deportivas, que nutren la experiencia del universitario y tienen un importante valor académico; contribuyen a su formación integral”.
Nuevos modelos educativos
Durante su discurso, y ya haciendo referencia a la actividad lectiva, la rectora ha indicado que una nueva Ley Orgánica del Sistema Universitario podrá traer consigo cambios que afectarán a la UPSA. “Esta norma nos obliga a replantear determinadas estrategias, con el fin de alcanzar los estándares de calidad establecidos en un plazo de cinco años, y por ello, uno de los puntos destacados de la agenda de trabajo para este curso estará dirigido a alcanzar tal cumplimiento normativo”, ha subrayado. En concreto, será necesario abordar lo concerniente a los requisitos en materia de tramos de investigación y publicaciones de impacto exigidos al PDI, así como lo referente a la obligatoriedad de obtener proyectos competitivos.
Asimismo, junto a estos desafíos como Universidad, la rectora ha desgranado retos que, como institución católica, tiene la UPSA ante la realidad social. “Es evidente que el apostolado de esta Universidad ha de ser fundamentalmente intelectual, y que su mayor aportación es mostrar que la propuesta cristiana ofrece las respuestas esenciales para humanizar la sociedad”, ha subrayado la rectora.
En este sentido, la UPSA contribuirá a través de la formación integral de los estudiantes, con la promoción de más proyectos que manifiesten el compromiso social, y finalmente por medio de una investigación creativa que ofrezca nuevos modelos de economía, política o desarrollo y “puedan servir a toda la familia humana y respeten el planeta, nuestra casa común”.