“Es un acontecimiento histórico”. Así califica, una y otra vez, Gonzalo Otalecu la exposición ‘El Verbo encarnado’, con la que la Diócesis de Málaga conmemora en la propia catedral el centenario de la Agrupación de Cofradías de la Semana Santa de Málaga. Y no es para menos. Miles de personas salieron a las calles para presenciar, en la madrugada del domingo 19 de septiembre, el traslado de trece imágenes desde sus templos a la catedral, un multitudinario reencuentro con las procesiones, tras año y medio de pandemia.
“Es una ocasión histórica que trece titulares de cofradías estén en el primer templo de la ciudad, de manera extraordinaria, creo que es la primera vez en la historia que va a ocurrir. Ha levantado una expectación enorme, la verdad”, reconoce Otalecu, coordinador de ‘El Verbo encarnado’ y miembro del Departamento de Patrimonio Cultural y Artístico de la Diócesis de Málaga.
Es evidente. El Verbo encarnado no es una exposición más. De hecho, la Agrupación de Cofradías y la Diócesis de Málaga emplean la denominación de “exposición-veneración”, que Otalecu explica: “Son trece imágenes que concitan gran devoción y una sala de exposiciones no era su lugar. Entonces, surgió este concepto tipo ‘museo’, de mostrar estas imágenes en la propia catedral de Málaga, donde todo el que quiera pueda seguir rezándolas y, además, hacerlo en el primer templo de la ciudad, el más importante. Durante estos dos meses seguirán expuestas al culto”.
La talla de Nuestro Padre Jesús Cautivo, el “Señor de Málaga”, está situada en el trascoro, sobre el cajillo de su trono procesional de Lunes Santo, decorado por el pintor José Luis Puche. Las otras doce imágenes se han distribuido en las capillas de las naves laterales y el crucero.
Son siete tallas de Cristo: Santísimo Cristo del Amor, Santísimo Cristo de los Milagros, Nuestro Padre Jesús Nazareno de Viñeros, Nuestro Padre Jesús Nazareno Redentor del Mundo, Nuestro Padre Jesús de la Misericordia, Santísimo Cristo de la Agonía y Nuestro Padre Jesús de la Puente del Cedrón. Y cinco de la Virgen: Nuestra Señora de la Soledad de San Pablo, Nuestra Señora de la Piedad, María Santísima del Rocío, María Santísima Reina de los Cielos y Nuestra Señora de los Dolores.
“El mensaje y el sentido de esta exposición son dos. Por un lado, reivindicar la religiosidad popular. Y, por otro lado, erigir un Atrio de los Gentiles –manifiesta Otalecu–. La catedral de Málaga la visitan más de 600.000 personas a lo largo del año, no todas católicas, una manera de acercar al alejado de la Iglesia, de acercar al Señor a todo tipo de público”.
El equipo de Otalecu, el que fue también de Ars Málaga, ha cuidado hasta el mínimo detalle la exposición-veneración de la catedral, incluyendo unas peanas que dan aún más esplendor a las imágenes. “Nosotros pensábamos en hacer una exposición, y aunque sea la catedral de Málaga, y no un museo, no queríamos dejar de tener un guiño artístico. Queríamos hacer algo original, y cuando diseñamos las peanas, pensamos que podríamos elegir artistas contemporáneos malagueños que intervinieran en sus paneles centrales. Además, realizando la obra con un sentido, que es qué representa para ellos la advocación de cada una de estas imágenes”.
De ahí que, además de José Luis Puche, artistas como José Martín España, José Carlos Torres, Francisco Naranjo, Ángel Sarmiento, Curro Claros, Pablo Cortés del Pueblo, Pedro Alarcón, Pablo Flores, José Antonio Jiménez, Federico Miró y Fernando Prini, hayan intervenido con “sugerentes relecturas” de cada una de las advocaciones.