Acaba de llegar a las salas de cine ‘Claret’, la película escrita y dirigida por Pablo Moreno sobre el fundador de los Misioneros Claretianos. Un ‘biopic’ en forma de ‘road movie’ que relata la vida y obra de quien fuera también arzobispo de Santiago de Cuba y confesor de la reina Isabel II durante el convulso siglo XIX español. El cineasta mirobrigense, que tuvo ocasión de entregar personalmente al papa Francisco la primera copia de la cinta, siente que su último trabajo ha sido “muy bien acogido” por la familia claretiana, que celebra así –aunque con un año de retraso a causa de la pandemia– el 150º aniversario de la muerte del santo.
PREGUNTA.- Pedro Poveda, Soledad Torres Acosta… ¿Por qué Claret? ¿Le abrió la puerta ‘Un Dios prohibido’ a querer saber más sobre su figura?
RESPUESTA.- Gracias a ‘Un Dios prohibido’ conocimos a los Misioneros Claretianos, la relación con ellos siempre fue excelente, han sido unos compañeros de viaje excepcionales. En el entorno de unas jornadas martiriales en Barbastro en 2018, surgió la posibilidad de hacer algo sobre Claret. Yo apenas lo conocía, salvo por algunas generalidades; a los pocos meses ya nos estábamos embarcando en la producción de la película.
P.- ¿Hay que ser de una pasta especial para llegar a ser santo habiendo vivido en el siglo XIX?
R.- Sin duda, hay que ser de una pasta especial para ser santo. En el siglo XIX las complicaciones eran muchas, y todos los santos de esa época tienen su mérito. Es verdad que a Claret le tocó soportar muchas situaciones complicadas, la mayoría fruto del desastre social, político y eclesial de la época.
P.- Ha dicho en alguna ocasión que le gustan las películas de superhéroes. ¿Lo fue de algún modo el padre Claret para poder sobrevivir a tantas y tan diversas dificultades?
R.- Sí, creo que las películas de superhéroes tienen tanto éxito hoy porque vivimos tiempos de crisis, una profunda crisis que toca la raíz de nuestra sociedad, desde los valores más esenciales a las instituciones más sólidas. Los superhéroes ofrecen justicia, esperanza… En este caso, Claret puede ser un referente más, no tenía ningún super-poder conocido, pero era perseverante, creía en la justicia y actuaba siempre favoreciendo al que menos tenía, al olvidado, con su actividad dignificaba a quienes había perdido la dignidad, y soñaba con un mundo mejor, con una Iglesia mejor, que había que reformarla, formar a sus sacerdotes, implicar al pueblo… Por desgracia, como todos los héroes, el viaje nunca es un paseo agradable por la campiña, y se vio mezclado en fuegos políticos cruzados, en cuestiones mundanas que lo desgastaban día a día.
P.- ¿Cómo se sentiría el protagonista en la Iglesia actual?
R.- Gracias a Dios, han cambiado muchas cosas. Creo que, pese a las dificultades, vivimos tiempos de esperanza, y aunque Claret murió hace 150 años, parte de su espíritu, de su carisma, sigue vivo en los misioneros de su congregación: hoy día, los Misioneros Claretianos se enfrentan a los desafíos de este mundo en más de 70 países.
P.- Se ha rodeado de un equipo y un reparto de total confianza. Aun así, supongo que siempre surgen obstáculos para sacar adelante el proyecto…
R.- El principal obstáculo siempre es el dinero. Hacemos películas de bajo presupuesto, y eso te obliga a pensar todo muy bien, a no dar un paso sin haber afianzado el anterior, a dedicar menos tiempo a cada escena, pero, pese a todo esto, tengo un equipo maravilloso que hace posible el milagro con cada proyecto. Gracias a ellos, esta película es posible.
P.- ¿Cómo ha acogido la familia claretiana la película? ¿Y el papa Francisco?
R.- Muy bien, creo que ellos se reconocen en la figura que hemos querido mostrar de Claret. Ese es siempre el objetivo cuando hacemos una película para una congregación. Al papa Francisco le dimos la primera copia en formato físico de la película, siempre es emocionante encontrarse con él. Te escucha y pone toda su atención cuando te encuentras frente a él, y eso siempre reconforta y emociona.
P.- ¿Ya tiene algún nuevo ‘candidato’ o ‘candidata’ del santoral para futuros guiones?
R.- Sí, este año hemos trabajado mucho. En enero de 2022, se estrenará una película sobre la beata Petra de San José. Una película muy bonita. Y en primavera esperamos poder estrenar ‘La Sirvienta’, que narra la vida de santa Vicenta María, la fundadora de las Religiosas de María Inmaculada. Es un proyecto ambicioso y complejo, del que hemos quedado muy contentos en la fase de producción.
P.- Después de una decena de títulos sobre temática religiosa, ¿ha sentido la tentación de probar suerte en otros géneros?
R.- En el fondo, toco otros géneros con cada película. ‘Un Dios prohibido’ fue un drama ambientado en la Guerra Civil, con ‘Poveda’ ampliamos el concepto anteriormente desarrollado en ‘Un Dios prohibido’. ‘Red de Libertad’ es una película bélica ambientada en la II Guerra Mundial. ‘Claret’ es una ‘road movie’, es decir, una película de viajes, en la que Claret nos descubre toda una época, lugares y personas distintas. La película de Petra tiene momentos ‘western’, y con ‘La Sirvienta’ abordamos una historia ambientada en el siglo XIX preciosista, de conflictos internos, una película totalmente en femenino. Lo que une a todas estas películas es que están protagonizadas por un sacerdote o una religiosa. Respeto otro tipo de historias no tan explícitamente religiosas, tengo bastantes guiones escritos. Lo que me falta es el resto: tiempo y dinero.