Los antivacunas no tienen hueco en el Vaticano. El Estado más pequeño del mundo se convertirá este 1 de octubre en el más estricto con la vacunación, pues, según el decreto publicado hoy mismo y firmado por el cardenal secretario de Estado, Pietro Parolin, los empleados que no cuenten con el certificado de vacunación (green pass) no podrán acudir a su puesto de trabajo y la ausencia se considerará injustificada, por lo que no percibirán su salario.
Este decreto bebe de la Ordenanza del presidente de la Comisión Pontificia para el Estado de la Ciudad del Vaticano, publicado el pasado 18 de septiembre, para evitar posibles contagios de Covid-19.
Todos los empleados de la Curia romana que no tengan el ‘green pass’ deberán aportar la certificación de haber superado la enfermedad o una prueba diagnóstica negativa con una frecuencia que determinará la Dirección de Sanidad e Higiene de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano, cuyo coste no será cubierto en ningún caso por el Vaticano.
Asimismo, esta medida no solo es aplicable a los trabajadores, sino a cualquier visitante o turista. Quedan exentos, sin embargo, los fieles que acudan a las celebraciones. El control se llevará a cabo por el cuerpo de Gendarmería en los accesos al Estado.
Además, el documento firmado por Parolin recuerda que las autoridades sanitarias competentes del Vaticano pueden considerar necesarias otras restricciones para las personas procedentes de países con alto riesgo de contagio.
Durante el vuelo de regreso de su viaje pastoral a Hungría y Eslovaquia, el papa Francisco señaló que hay varios “antivacunas” entre los trabajadores del Vaticano y que estaban viendo “como ayudarles”.
De hecho, el Papa mostró su consternación ante el hecho de que haya gente que rechace las vacunas. “Hay quien dice que es un peligro porque con la vacuna entra el virus dentro”, apuntaba. “También en el colegio cardenalicio hay algunos negacionistas y uno de ellos, pobre, estuvo ingresado con el virus. Ironías de la vida”, afirmaba en clara alusión al cardenal Raymond L. Burke, aunque sin citarlo.
Por otro lado, a partir del próximo 15 de octubre será necesario que todos los trabajadores italianos presenten el ‘green pass’ para acceder a sus puestos de trabajo. Del mismo modo, será imprescindible mostrarlo para consumir dentro de bares y restaurantes, así como para entrar en museos, cines, teatros, espectáculos, gimnasios y otros espacios y hacer uso del transporte público, como aviones, trenes, barcos y autobuses. El único lugar donde no será necesario presentar el certificado son las iglesias.