Hasta ahora la Plaza de San Pedro ha sido el escenario en el que han salido algunas de las etapas del Giro de Italia. Ahora, la Santa Sede ha dado un paso en su relación con el ciclismo. La Athletica Vaticana, la Asociación Deportiva de la Santa Sede, se ha convertido en miembro oficial de la Unión Ciclista Internacional (UCI), que la reconoce como como referencia para la organización de las actividades ciclistas del Vaticano.
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Esfuerzo y sacrificio
Esta se ha concretado el pasado 24 de septiembre en Lovaina, Bélgica, durante el 190º Congreso de la UCI con el que celebraba su centenario. La Athletica Vaticana, vinculada a la Secretaría de Estado al Consejo Pontificio de la Cultura, con personalidad jurídica canónica y sede en la Ciudad del Vaticano, comenzó su servicio entre los deportistas hace tres años, según recuerda en una nota el organismo vaticano que agrupa a ciudadanos y empleados del Vaticano y sus familiares de primer grado. Hay procesos similares para el atletismo, el pádel y el taekwondo.
Para la UCI, el Vaticano puedo fomentar con esta incorporación la práctica del ciclismo como experiencia deportiva comunitaria, con un fuerte enfoque en las dimensiones de servicio, gratuidad, amateurismo, inclusión y solidaridad. El papa Francisco, en 2019, destacaba que el ciclismo “pone de relieve ciertas virtudes como la resistencia a la fatiga –en las largas y difíciles subidas–, el valor –al intentar una escapada o al afrontar un sprint–, la integridad al respetar las reglas, el altruismo y el sentido de equipo”. Con motivo de esta decisión, la Athletica Vaticana ha destacado el testimonio de ciclistas creyentes, como Gino Bartali.