“Incluso en el Colegio de Cardenales hay algunos negacionistas y uno de ellos, el pobre, está hospitalizado con el virus. La ironía de la vida”, decía el papa Francisco durante el vuelo de regreso del viaje a Eslovaquia. Inmediatamente todos los pensamientos fueron a parar hacia el cardenal estadounidense Raymond Burke, que ha estado ingresado y en cuidados intensivos por el coronavirus.
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Dado de alta
A través de una carta personal distribuida por el santuario de Nuestra Señora de Guadalupe de La Crosse, en Wisconsin, señala: “No puedo predecir cuándo podré volver a mis actividades normales. Al parecer, habrá que esperar varias semanas más”. “Aunque estoy haciendo progresos constantes, son lentos”, señala en una carta en la que agradece las oraciones y mensajes que han recibido.
El purpurado informa que “el pasado 3 de septiembre dejé el hospital para instalarme en una casa cercana a donde viven los miembros más cercanos de mi familia”, a la que se ha trasladado su secretario desde Roma. “Estoy tratando de crecer en paciencia”, señala. “Mis principales retos, por el momento, son recuperar ciertas habilidades físicas fundamentales necesarias para mi vida diaria, y superar una fatiga general y la dificultad para respirar, que son típicas de quienes han sufrido el contagio del virus Covid-19”, reconoce.