“La respuesta de la fe exige ser activos en el amor por Dios y en el amor por el prójimo”, dice Francisco en su catequesis, dedicada a un “tema difícil pero importante, el de la justificación”
En la audiencia general que presidió este miércoles en el Aula Pablo VI del Vaticano, el papa Francisco retomó su ciclo de catequesis sobre la ‘Carta a los Gálatas’ de san Pablo centrándose en un “tema difícil pero importante, el de la justificación”. Improvisando sobre el texto que tenía preparado, la definió como el “don de Cristo que nos hace libres”. “No estamos condenados en la base, somos santos en la base, pero luego con nuestras acciones nos convertimos en pecadores. La justificación nos da la fuerza para seguir adelante”, comentó el Pontífice ante los fieles y peregrinos congregados.
Citando a san Pablo, explicó que la justificación es la consecuencia de la “iniciativa misericordiosa de Dios que otorga el perdón”. Dios es “tan bueno, misericordioso y paciente que continuamente perdona”, por lo que la justificación supone el “perdón desde el inicio a todos en Cristo”, que con su muerte “destruyó el pecado y nos donó de forma definitiva el perdón y la salvación”.
La justificación “ocurre por gracia”, por lo que “aquí no se permite pagar ante el juez” ya que “es Cristo el que ha pagado por todos nosotros”. No obstante, resulta “esencial” cumplir con los mandamientos, aunque los fieles deben tener claro que todo nace de “la gracia de Dios que recibimos en Cristo. De Él recibimos ese amor gratuito que nos permite, a su vez, amar de forma concreta”.
En este contexto, Jorge Mario Bergoglio recordó las enseñanzas del apóstol Santiago, que considera que la justificación “hay que actuarla con nuestras acciones”. Si ésta “no florece con nuestras obras está bajo tierra, como muerta”, advirtió el Papa. Tanto Santiago como Pablo dejan por tanto claro que “la respuesta de la fe exige ser activos en el amor por Dios y en el amor por el prójimo”.
Tras recordar una vez más que el “estilo de Dios” está basado en “la cercanía, la compasión y la ternura”, Francisco comentó finalmente que la justificación es el “don de Cristo de su muerte y resurrección, que nos hace libres”. De esta manera, la fe “nos permite reconocer cuánto es infinita la misericordia de Dios, la gracia que obra por nuestro bien”. Pero al mismo tiempo también nos hace ver “la responsabilidad que se nos ha encomendado para colaborar con Dios en su obra de salvación”.
En su saludo en los distintos idiomas al final de la audiencia general, el Papa recordó a las al menos 32 personas asesinadas el pasado domingo en el norte de Nigeria, al parecer en un ataque cometido por bandidos. “Rezo por los muertos, por los heridos y por toda la población nigeriana”, dijo Francisco, pidiendo que se garantice la seguridad de todos los ciudadanos de este país africano.