Recién electa la nueva Junta Directiva condenó los hechos de violencia contra inmigrantes en Iquique y pidieron perdón por ellos
Reunidos en forma presencial en el Colegio San Ignacio, la Asamblea de la Conferencia de Religiosas y Religiosos de Chile, CONFERRE, renovó su Junta Directiva siendo electo el mercedario Mario Salas Becerra, OdM, como presidente; Nilda Miranda, dominica de la Presentación, como primera vicepresidenta; Gabriel Roblero, jesuita, como segundo vicepresidente; además 4 vocales, dos hombres y dos mujeres.
El nuevo presidente tiene 48 años, es técnico electromecánico y Licenciado en Ciencias Religiosas de la Pontificia Universidad Católica de Chile. En 2018 se integró al Consejo de Prevención de Abusos de la Conferencia de Religiosos de Chile, y el 8 de enero 2019 fue nombrado por la Santa Sede como Superior Provincial de la Provincia Mercedaria de Chile.
Es conocido por su bondad, muy sensible a lo que la Iglesia de Chile ha vivido. Lo señalan, también como un buen religioso y en sintonía con la línea del papa Francisco. Durante la ‘misión Scicluna’, en 2018, que visitó Chile para conocer las denuncias de abusos del clero, fue notario de Jordi Bertomeu, mientras el arzobispo Charles Scicluna estuvo enfermó, hospitalizado, y también ofició de notario en algunas de las entrevistas del mismo Scicluna en Chile.
Recién elegida esta nueva Junta Directiva reaccionó ante los dolorosos hechos ocurridos en Iquique con los inmigrantes. Hoy lunes entregó una declaración pública en la que manifiesta su “rotunda condena por los hechos acontecidos en Iquique. En una situación de crisis humanitaria debido a la migración forzada agravada por la pandemia de COVID-19, rechazamos todo tipo de violencia contra nuestros hermanos (as) extranjeros”, afirman.
“Nos unimos a todas las organizaciones nacionales e internacionales que han rechazado todos estos hechos que nos indignan y avergüenzan”, agregan y piden “a todas las autoridades competentes buscar una solución integral, respetando de manera irrestricta los derechos humanos de estos hermanos y hermanas migrantes”.
La declaración de las congregaciones religiosas en Chile, continúa: “nos duele contemplar la violencia de estos hechos. Queremos pedir perdón por este trato inhumano e indigno que han recibido por parte de algunos compatriotas. Como Vida Religiosa Chilena, en primer lugar, los ponemos en el centro de nuestra oración personal y comunitaria. En segundo lugar, nos ponemos a disposición de lo que sea necesario para buscar una solución ante estos hechos”.
Finaliza la declaración expresando: “Como Vida Religiosa nos preguntamos ¿qué nos pide el Señor en este momento? Reafirmamos nuestro compromiso con la fraternidad, la solidaridad y la convivencia social, basadas en el respeto por sobre todas las cosas”.