“Los creyentes católicos de la ciudad se sienten agraviados cuando una imagen religiosa es deshonrada con acciones como las ocurridas o se profanan lugares donde descansan los restos mortales de nuestros seres queridos. Quien destruye una imagen o violenta lo que sabe que representa un valor profundo para la mayoría de la población, está agrediendo mucho más que una porción de cemento, yeso o madera“, manifestaron desde el obispado de Añatuya.
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De esta manera, expresó su tristeza por los hechos vandálicos que se registraron con la imagen de la Virgen de la Medalla Milagrosa, en pleno centro de la ciudad, y en en el cementerio Divina Misericordia.
Afirmaron que todo atentado a bienes privados o públicos es repudiable, los responsables deben ser sancionados y debe haber reparación de los daños. Juzgaron como intencional y deliberada la destrucción de la imagen. “Romper, pintar o burlarse de la fe, de las imágenes religiosas o de los ámbitos sagrados para la inmensa mayoría de los argentinos no es algo banal y ante lo que podamos quedar indiferentes”, sentenciaron.
Esperan que estos actos no se reiteren y que se termine con las conductas de falta de respeto, intolerancia y violencia.
Oración y desagravio
Para las autoridades diocesanas el desorden y la impunidad son alarmas de una sociedad que descuida el cultivo de las virtudes y la práctica de los valores cívicos.
En el comunicado tuvieron también unas palabras para los autores de estos hechos. Afirmaron que rezarán por ellos y por quienes promueven la hostilidad, la violencia y el desprecio. Para transitar todos juntos caminos de justicia, solidaridad y convivencia, creen que es necesario que estos recapaciten y reparen los daños.
Próximamente, la comunidad eclesial informará la fecha y el modo en que se realizará una manifestación pública de repudio y desagravio ante estas conductas que no se pueden permitir ni justificar.
Gracias a la investigación policial que permitió ubicar los restos de la escultura dañada, en breve, se intentará restaurarla.
