España

El currículo de Religión apuesta por la “denuncia de todas las situaciones de desigualdad entre varones y mujeres”

La Conferencia Episcopal Española ha presentado hoy el borrador que pone a disposición de la comunidad educativa para un proceso de consulta que finalizará el 21 de octubre





El currículo de la asignatura de Religión apuesta por “el análisis y la denuncia de todas las situaciones de marginación o desigualdad entre varones y mujeres” o ser “corresponsables en el cuidado de las personas y del planeta”. Así se recoge en el borrador del texto para la ESO, en el que la Comisión Episcopal para la Educación y la Cultura lleva meses trabajando de la mano de la comunidad educativa –familias, profesorado, entidades titulares, asociaciones, sindicatos, etc.– para actualizar los programas a la LOMLOE –conocida como Ley Celáa–.



Desde hoy, y hasta el jueves 21 de octubre a mediodía, quedan publicados en la web ‘Hacianuevocurriculo.educacionyculturacee.es’ los currículos de Infantil, Primaria y ESO para continuar aportando mejoras a los borradores propuestos en este proceso participativo inédito que comenzó en febrero con el Foro online ‘Hacia un nuevo currículo de Religión. Un diálogo entre todos y para todos’. La Comisión espera “una alta participación para que esta consulta pública resulte lo más plural y numerosa posible”, según han expresado.

Con todas las aportaciones se elaborará un documento final que será asumido por el ministerio de Pilar Alegría y posteriormente publicado en el BOE. Más adelante se publicará también la propuesta de currículo de Bachillerato, una vez que Educación dé a conocer sus borradores y se haya podido completar su elaboración.

6 competencias específicas

En la presentación de esta propuesta, que incluye los criterios de evaluación y los saberes básicos de la asignatura de Religión, los obispos abordan 6 competencias específicas:

  1. La dimensión personal, en diálogo con la Antropología Teológica.
  2. La dimensión social de la persona, en diálogo con la Moral Social de la Iglesia.
  3. El potencial transformador de la educación, en diálogo con el Reino de Dios.
  4. La dimensión cultural y la valoración del patrimonio, como expresión del diálogo fe-cultura en la Iglesia y en la sociedad.
  5. La interioridad y la dimensión espiritual de la persona, en diálogo con la experiencia religiosa cristiana.
  6. La síntesis del mensaje cristiano, en diálogo con otros saberes en la escuela.

Por otro lado, en Primaria, por ejemplo, la CEE apuesta por recalcar los “hábitos y actividades para el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible”. También “es necesario apreciar los valores democráticos y de la diversidad social y religiosa asumiendo el desarrollo de la identidad personal en las relaciones y vínculos con otros con actitudes de respeto e inclusión”, como reza el documento.

Con ‘Fratelli tutti’ de fondo

En Secundaria, optan por “asumir los desafíos de la humanidad desde una perspectiva inclusiva reconociendo las necesidades individuales y sociales, discerniendo las realidades con las claves del ‘Reino de Dios’, para implicarse personal y profesionalmente en la transformación social y el logro del bien común”.

En esta etapa también es importante “la participación en la toma de decisiones comunitarias, en la resolución pacífica y positiva de conflictos, creando entornos de interdependencia, solidaridad intergeneracional, ecodependencia, diversidad, igualdad, y pluralidad de valores e identidades”. En definitiva, buscando la amistad social que plantea el papa Francisco en su encíclica ‘Fratelli tutti’.

Así, los obispos consideran un saber básico para los alumnos de entre 12 y 16 años el “análisis crítico del compromiso de las religiones en la construcción de la paz y la superación de la violencia y los fundamentalismos”, tal como expone el propio Pontífice en el citado documento del que justamente se cumple un año.

Acento en la persona de Jesús

En Infantil, por su parte, se apuesta por “descubrir, manifestar y generar gusto por cultivar su interioridad, explorando pensamientos, emociones, sentimientos y vivencias, admirando diferentes expresiones de la tradición judeocristiana y otras tradiciones religiosas, para crecer con la libertad y seguridad necesarias que posibiliten el desarrollo de la dimensión espiritual y las bases del propio sistema de valores y creencias”.

Como hasta ahora, el nuevo currículo también sigue poniendo el acento en la persona de Jesús. También en María, como testigo de fe. Del mismo modo, la piedad popular y la Navidad serán aspectos reseñables en el currículo.

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Alicia Ruiz López de Soria, ODN







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