“Hagan un esfuerzo por no culpar al otro frente a sus hijos. Ellos siempre se lo agradecerán”, ha apuntado el purpurado
La cuestión del divorcio es uno de los puntos candentes del diálogo, desde la fe católica, acerca del matrimonio y la familia. De hecho, la postura del papa Francisco ante esto –llamando siempre a acoger a las personas– le ha costado críticas desde diversos ámbitos. Ahora ha sido el cardenal austriaco y arzobispo de Viena, Christoph Schönborn, quien ha dado un paso adelante en esta petición de respeto… a partir de su propia experiencia familiar. Y es que los padres de Schönborn se divorciaron cuando este tenía 13 años.
En un artículo escrito para el periódico Krone y recogido por Katholisch, el cardenal ha explicado como, a través del divorcio de sus propios padres, había entendido que “nadie tiene derecho a juzgar” lo que ocurre dentro de un matrimonio. Ha reconocido, asimismo, que si un matrimonio tiene éxito, surge “una de las cosas más hermosas que hay en este mundo doloroso”, y ha recordado a que “esta unidad iniciada ante Dios es mucho más que un contrato en un papel”. “Sin embargo, los matrimonios a menudo fracasan”, ha apuntado el purpurado. Por lo que, en ese momento, el factor decisivo pasa de ser si hay divorcio o no a cómo es ese divorcio.
“Probablemente no haya una respuesta general a la pregunta de si los padres deben permanecer juntos en cualquier caso si se encuentran en un conflicto permanente y su relación se ha convertido en una ‘institución de indulgencia recíproca’, como dijo una vez el dramaturgo austríaco Johann Nestroy”, escribe Schönborn, centrando así sus palabras en los casos en los que, como en su familia, el matrimonio tiene hijos.
“Hagan un esfuerzo por no culpar al otro frente a sus hijos. Ellos siempre se lo agradecerán”, ha apelado Schönborn, convencido de que los padres “nunca, nunca, nunca deben usar a los hijos como rehenes” contra el otro cónyuge, “incluso en disputas violentas”, ha aseverado el cardenal, insistiendo en que “los niños no deberían tener que soportar la carga de la separación”.
La madre del cardenal Schönborn, Eleonore, tiene 101 años. Su ex marido, Hugo-Damian Schönborn, falleció en 1979, si bien había dejado a su mujer y a sus cuatro hijos tras un matrimonio infeliz. Finalmente, en 1958, ambos se divorciaron de mutuo acuerdo. Tal vez, iluminado por su propia experiencia, el cardenal Schönborn, ha dedicado gran parte de su ministerio a acompañar a estas familias. De hecho, fue responsable de los grupos de familias monoparentales y divorciadas en los Sínodos sobre la Familia celebrados en Roma en 2014 y 2015.