“La Iglesia tiene que pedir disculpas cuando hay una prueba histórica de que se ha cometido un error”, ha dicho Bernardito Auza
“Verdaderamente, si uno lee el mensaje del Papa, no hay elementos nuevos, pienso que las palabras de Juan Pablo II son todavía más fuertes”. Así ha salido al paso el nuncio apostólico en España, Bernardito Auza, en declaraciones a Europa Press, tras el revuelo mediático en torno a la carta de Francisco con motivo del bicentenario de la independencia mexicana.
Después de un acto en la Universidad San Dámaso para presentar el curso ‘Las Causas de los Santos’, el embajador papal ha pedido “tener espíritu abierto, conciliador por lo que las otras personas ven en las palabras del Papa”, pero ha insistido en que “no hay ninguna novedad en lo que el Santo Padre ha escrito en su mensaje protocolario con ocasión de la independencia de México”.
El nuncio ha señalado que Jorge Mario Bergoglio “tampoco es el primer Papa” que pide perdón por los errores cometidos. “Recuerdo muy bien cuando Juan Pablo II pedía perdón, antes de celebrar el Gran Jubileo de 2000, y también había sacerdotes que trabajaban en el Vaticano que no estaban de acuerdo con el Papa porque pedía disculpas. Pienso que la Iglesia tiene que pedir disculpas cuando hay una prueba histórica de que se ha cometido un error”, ha precisado.
En concreto, el nuncio del Papa en España pone como ejemplo la denuncia que hicieron personajes históricos como Bartolomé de las Casas o Antonio Montesinos que denunciaron el trato dado a las comunidades indígenas durante la conquista de América.
Auza, como filipino, también ha resaltado que el primer obispo de Manila, el alavés Domingo de Salazar, fue “el primero en denunciar los abusos de los españoles en las Filipinas”. “Si ya los obispos de aquel tiempo denunciaron errores, maltratos, violaciones de Derechos Humanos de aquel tiempo, entonces, en nuestro tiempo también tenemos que reconocer que sucedió una cosa que no es buena”, ha añadido.
En cualquier caso, ha insistido en que el mensaje del papa Francisco a México es “muy claro, muy breve y protocolario” con “una llamada a reconocer los errores de todos y a pedir disculpas”. Y ha añadido: “No es una crítica a quienes hicieron y han hecho la evangelización o la colonización, etcétera, eso no, el mensaje no refiere a cosas específicas”.
Se trata, según ha recordado, de “una invitación universal a reconocer los errores de parte de todos” y otra cosa es la “interpretación de cuáles son los errores por los que se tiene que pedir disculpas”, pero lo importante para la Iglesia es “el espíritu de pedir disculpas cuando hay errores”.
Las palabras del nuncio llegan tras las de Luis Argüello, secretario general de la Conferencia Episcopal, que el pasado 30 de septiembre expresó su “perplejidad” tras la polémica. “Hay comentarios que se han hecho desde un titular, sin la lectura del documento. No es un documento largo. Es un folio. Va dirigido a la Iglesia de México por los 200 años de su independencia. Fuera de ese contexto, no se entiende”, comenzó explicando el también auxiliar de Valladolid en su intervención en rueda de prensa tras concluir la Comisión Permanente de la CEE.
El prelado manifestó su sorpresa por “algunos comentarios editoriales asombrosos”. Asimismo, invitó, aunque sin citar, a Vox, Isabel Díaz Ayuso y todos aquellos periodistas molestos, a leer el texto –entregado a los periodistas en mano–, que, por otra parte, parafrasea a Juan Pablo II y Benedicto XVI, que también pidieron perdón por los “pecados” coloniales.
“No entiendo qué hace un Papa de nacionalidad argentina disculpándose en nombre de los demás”, dijo Iván Espinosa de los Monteros, portavoz de Vox en el Congreso. Por su parte, la diputada de Vox Macarena Olona enmendaba la plana a la Iglesia, pues debería limitarse a “sus cometidos”. También se unía la presidenta de la Comunidad de Madrid: “A mí me sorprende que un católico que habla español hable así”. Unas palabras que recogía después el ex presidente del Gobierno José María Aznar recalcando que él no tiene “nada” por lo que pedir perdón.