Los obispos de las dos diócesis del archipiélago canario, Bernardo Álvarez y José Mazuelos, se han unido ante la tragedia que ha traído consigo la erupción del volcán de La Palma, el cual lleva ya más de dos semanas de actividad. Por ello, han escrito una carta para invitar a todos los isleños a orar por La Palma y sus habitantes a unirse en oración ante esta situación.
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“Con dolor e impotencia estamos viviendo estos días la erupción de un volcán, en la Cumbre Vieja de la Isla de La Palma”, comienzan los prelados, si bien agradecen a la comunidad científica, en primer lugar, “la aportación de todos sus conocimientos que han permitido prevenir los riesgos”. Asimismo, han querido “reconocer y agradecer a las autoridades toda su entrega y su lucha para evitar, como lo han conseguido hasta ahora, los daños personales y la pérdida de vidas humanas”.
“Gratitud, y un aliento especial, para las fuerzas y cuerpos de seguridad“, continúan, así como a “los miembros de Protección Civil, de los Servicios Sociales y servicios de otro tipo, que se desviven por atender a la población afectada”. “Igualmente, a todos los voluntarios de Cruz Roja, de Cáritas, y de otras instituciones públicas y privadas, sin olvidar a las personas particulares que han ofrecido sus casas y su prestación personal. Todos ellos se están volcando para acoger, acompañar y atender las necesidades de los damnificados”, aseveran los obispos.
Confianza en Dios
“Ante la fuerza de la naturaleza y, más concretamente, ante el rugir de la tierra, sentimos la impotencia al comprobar nuestra pequeñez, incapaz de parar una colada de lava destructora”, apuntan en la misiva, reconociendo que “la situación nos supera y las fuerzas humanas nada pueden hacer para controlar un fenómeno natural como este, que se manifiesta en los temblores sísmicos y en las abundantes coladas”.
Ante una catástrofe como esta, “nadie se queda indiferente”, especialmente “los cristianos, movidos por la fe en Dios -Padre de todos- nos sentimos comprometidos a poner nuestro tiempo, nuestros bienes y capacidades, al servicio de las personas necesitadas”. Por ello, han llamado a que, “en estos momentos dramáticos”, se reviva la “confianza en Dios”, a quien “le hacemos presente nuestros sentimientos, le manifestamos nuestro deseo de que esta erupción volcánica acabe pronto y le pedimos que no se produzcan más daños”.
Y, ante los efectos ya producidos por la catástrofe, “le encomendamos a las personas afectadas para que les proteja del pesimismo y les dé fortaleza para afrontar, con paciencia y esperanza, esta tribulación que están padeciendo”, han añadido los obispos, subrayando, además, que “hacemos nuestro su dolor y pedimos a Dios que les conceda consuelo en su aflicción; que, en esta difícil situación, sientan la cercanía y la ayuda por parte de toda la sociedad, y que los programas de reconstrucción, previstos por las instituciones públicas, les permitan rehacer sus vidas”.
Vigilia el 11 de octubre
Igualmente, han recordado que “la vida cristiana no está exenta de momentos de crisis y dificultades”. “Lo vemos en el testimonio de los santos, en las pruebas que tuvieron que afrontar. Pero, ellos nos enseñan que el secreto, para seguir caminando en las dificultades, es la fe y la fuerza de la oración”, aseveran en la carta.
Por último, “como Iglesia que camina en las Islas Canarias, nos unimos en oración por La Palma”, tanto “de modo personal en cualquier momento y, mediante una Vigilia de Oración comunitaria, el próximo día 11 de octubre, víspera de la Virgen María del Pilar”. Para ello, han invitado a los canarios a “acudir a los santuarios marianos y a los templos de las patronas de cada Isla, pidiéndole a Nuestra Señora, que proteja al pueblo de La Palma del volcán y frene sus efectos devastadores”.
“Asimismo, invitamos a que, en las parroquias y otros lugares de oración, según sus posibilidades, se pueda tener algún momento de oración el mismo día 11. Que ella, nuestra Madre en la fe, siga siendo con su ternura y acogida amorosa, esperanza de nuestro pueblo canario”, han aseverado.