El vicario regional saliente, Víctor Urrestarazu, será el vicario de la delegación de Paraguay, y en la de Uruguay, Carlos Varela ocupará el vicariato de la delegación
El prelado del Opus Dei, Fernando Ocáriz, ha erigido una nueva circunscripción integrada por Uruguay, Paraguay, Bolivia y Argentina, con sede en Buenos Aires: la Región del Plata. Además, nombró a Juan Llavallol, vicario regional.
En enero de este año, Ocáriz adelantó estos cambios con el objetivo de mejorar el impulso y la coordinación de las labores apostólicas. Con este nuevo plan territorial se logrará una mayor agilidad y eficiencia en el trabajo, más atención al cuidado de las personas, al apostolado y a las actividades formativas que organice la Obra.
Las vicarías de las delegaciones de Paraguay y Uruguay serán ocupadas por p. Víctor Urrestarazu y al p. Carlos Varela, respectivamente.
El p. Juan es argentino, y nació el 18 de febrero de 1976. Segundo hijo de una familia de 11 hermanos, cursó sus estudios en el Colegio Los Molinos. En el año 1994 inició su carrera universitaria en la Universidad Austral donde fue el primer egresado de Ingeniería Industrial. Trabajó en el departamento de industrias esa facultad, y como ingeniero en un plan de jóvenes profesionales en una empresa constructora. También fue miembro del consejo directivo del Centro Universitario de Estudios (CUDES), profesor de Teología y Filosofía en la Austral de Rosario, y capellán en los colegios APDES, con 21 sedes en el país.
Entre 2002 y 2009 estudió en el seminario de Roma, y se doctoró en Teología Espiritual en la Universidad de la Santa Cruz. Y en Valladolid, inició sus prácticas sacerdotales. En la Argentina, pastoralmente trabajó en Mendoza y Rosario, hasta que en el 2017 fue designado vicario secretario regional.
“Estamos viviendo un tiempo muy especial en el mundo y la región, intentando renacer de una pandemia que dejó tantas heridas, vacíos y sufrimientos. En medio de ese dolor, Jesús nos ayuda a renovar la esperanza”, expresó Llavallol.
Señaló que la esperanza en Dios nos llena de alegría y nos invita a sentir su mano sobre nosotros y nos empuja a salir adelante y evangelizar a través del diálogo, la solidaridad, la participación. “En este tiempo, llevemos la cercanía de Jesús a todas las personas en especial hacia aquellas que sufren una necesidad para que nadie, como dice el Papa Francisco, sienta que navega solo”, pidió.