Las Hijas de la Caridad, encaminadas hacia su Asamblea General para reforzar su compromiso con los últimos

Con 12.800 hermanas en cinco continentes, la compañía femenina más numerosa de la Iglesia afrontará la elección de una nueva superiora general a partir del 29 de octubre

Las Hijas de la Caridad, encaminadas hacia su Asamblea General para reforzar su compromiso con los

El próximo 29 de octubre arranca en París la Asamblea General de las Hijas de la Caridad. Se trata de un ‘capítulo’ de especial relevancia en tanto que se trata de la entidad femenina más numerosa dentro de la Iglesia universal. Presente en 96 países de los cinco continentes, actualmente cuenta con unas 12.800 hermanas, volcadas en prácticamente todas las ramas del apostolado, sea la educación, la sanidad, la atención social…



La cita, que se extenderá hasta el 21 de noviembre, incluye la elección de la superiora general y de su consejo. Actualmente, al frente de la compañía se encuentra sor Françoise Petit, que asumió como asistente general esta responsabilidad en abril de 2020 después del fallecimiento de sor Kathleen Appler, cumpliéndose con las disposiciones recogidas en las Constituciones.

Franquear la puerta

La Asamblea General, como momento de evaluar el pasado y proyectarse en el futuro a la luz del Evangelio, arrancará con una semana que de ejercicios espirituales que introducirá tres semanas y media de reflexión en torno al lema “¡Ephata! Franquear la puerta… Ir hacia… Encontrarse…”.

Entre los temas que se encontrarán sobre la mesa las hermanas que participen en la Asamblea, se subrayan algunos que están vinculados directamente al aterrizaje en lo cotidiano del magisterio  del Papa  Francisco, como el respeto de los derechos humanos y el desarrollo integral de los más desfavorecidos de la sociedad, la salvaguarda de la Casa Común, la mística de “vivir juntos”, la transmisión de la fe y de los valores cristianos a las nuevas generaciones… Y todo, desde un deseo de renovación del carisma con una fidelidad creativa, con la mirada puesta en san Vicente y santa Luisa de Marillac.

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