El Estado de México es una de las ocho entidades federativas en que aún no se permite el matrimonio entre personas del mismo sexo; sin embargo, algunos legisladores de Morena, partido del presidente Andrés Manuel López Obrador, buscan reformar el Código Civil local para redefinir el matrimonio entre varón y mujer.
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Es por ello que las provincias eclesiásticas de Toluca y Tlalnepantla, ambas en territorio del Estado de México, se unieron para convocar a la comunidad católica y las personas de buena voluntad para unirse en una estrategia común para defender el matrimonio, con su “estructura antropológica inmutable y sus fines en bien de la humanidad”.
“Ante las extrañas iniciativas en el ámbito legislativo que estamos viendo surgir en toda la nación contra la sacralidad de la vida, el matrimonio entre hombre y mujer, y la familia, nos permitimos hacerles un llamado urgente para unirnos y oponernos permanentemente a ellas”, señalaron a través de un comunicado conjunto firmado por 14 obispos de ambas provincias eclesiásticas.
“Hacemos un llamado a todos a defender el matrimonio entre varón y mujer en todas las formas, espacios y momentos adecuados, respetuosos del orden legal, sin agredir a nadie, pero siempre firmes y exigentes en la verdad”.
Matrimonio, patrimonio cultural de la humanidad
Los obispos mexiquenses consideraron que el matrimonio entre hombre y mujer, “patrimonio cultural de todos los pueblos”, ahora se ve discriminado por el “fenómeno ético, moral y social de algunos que pretenden, sin fundamento real, llamar matrimonio a uniones entre personas del mismo sexo, e incluso, buscan legalizar este fenómeno en el ámbito jurídico del Estado de México”.
Dejaron en claro que con la defensa del matrimonio natural no existe ninguna discriminación, sino sólo una clara distinción entre el matrimonio entre varón y mujer y las uniones de personas del mismo sexo.
“Entre ambas realidades no existen analogías ni siquiera remotas: ¡son dos realidades distintas que reclaman planteamientos legales distintos!”.
También llamaron a los legisladores que comparten la fe cristiana a votar en contra de esta reforma. “Recuerden que sus principios de fe y moral deben estar siempre por encima de consignas de ideología o de movimiento. Y esto no es desamparar jurídicamente esas personas, pues evidentemente existen otras formas en el derecho común para recurrir a ellas en su situación”.
El sentir de la mayoría
Los obispos del Estado de México señalaron que es un hecho fundamental en la democracia que las minorías respeten la verdad en la que la mayoría cree, y no pretendan, injustamente, modificarlo legalmente a favor de su posición.
“Es justo que si algunas personas o grupos minoritarios exigen que se respeten y garanticen sus derechos, nosotros también les exijamos con firmeza que respeten y garanticen los derechos de la mayoría, que cree y valora el matrimonio natural entre hombre y mujer, como el bien que garantiza el buen desarrollo social”.
Tras señalar que existen razones de orden racional, biológico, antropológico, social y jurídico que justifican su rechazo a esta iniciativa, los obispos mexiquenses señalaron que “nadie que cree en Dios debe permanecer indiferente a esta pretensión: todos debemos manifestarnos en contra. No debemos callar; no más silencio de nuestra parte”.