“Con el tema tan importante de la comunión, la misión y la participación, estaremos a lo largo de estos años, hasta 2023, reflexionando juntos, caminando juntos en un itinerario sinodal al que nos convoca el papa Francisco”. Así se expresaba Marcelo Colombo, arzobispo de Mendoza, uno de los miembros de la nueva comisión que animará este tiempo de camino compartido.
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Lo acompañarán en esta tarea de coordinación: César Daniel Fernández, obispo de Jujuy, y Ángel Macín, titular de la diócesis de Reconquista.
Consultado por Vida Nueva sobre la tarea inicial de esta etapa, el titular de la Iglesia mendocina señaló que en este tiempo inmediato se desarrollará la animación de la sinodalidad en las Iglesias particulares, a partir de los obispos y los equipos de animación sinodal.
Animación y sinodalidad
Al inicio de este tiempo sinodal, el arzobispo aseguró que quieren profundizar el seguimiento al Señor, y a la vez, asumir las exigencias de escuchar al Señor y a los hermanos, para discernir los nuevos caminos que Él propone.
En los primeros meses, los trabajos de cada diócesis confluirán en un informe nacional. La propuesta es la realización de alguna instancia sinodal nacional para trabajarlo antes de mandar a Roma.
Asimismo, Colombo confirmó que el próximo 22 habrá una reunión, por zoom, con los representantes de las iglesias diocesanas. En noviembre, en el marco de la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Argentina, dispondrán de un bloque de tiempo para la reflexión y el análisis de esta etapa de renovación eclesial.
Reafirmó la intención de ponerse a la escucha de las preguntas, de los afanes, de las esperanzas de cada Iglesia. Y también a la escucha del mundo, de los desafíos y los cambios que nos pone delante, como expresara el papa Francisco en la homilía del comienzo del Sínodo.
Considera que hay una “muy buena acogida en el ambiente extra eclesial y para la Iglesia es una oportunidad de crecer en la dinámica de la conversión pastoral con la participación de todos”.
El obispo confirmó que cada uno intentará vivir, de un modo particular e intenso, el sentido de esta convocatoria del Papa que nos llama a caminar juntos y a crecer como Iglesia.