“La sinodalidad se refiere a la esencia misma de la Iglesia, a su realidad constitutiva, y así se orienta hacia la evangelización. Es una forma de ser eclesial y una forma profética de servir hoy al mundo. Ser Iglesia es sínodo”. Así lo ha expresado el cardenal Michael Czerny, subsecretario del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, durante su alocución en el XII Foro de Friburgo de la Iglesia en el Mundo, que se ha celebrado con el tema ‘La mirada de una Iglesia ‘Franciscana desde el Sínodo de la Amazonía’.
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“La Iglesia existe en muchas formas distintas, desde la familia y la parroquia, a través de la diócesis y todo tipo de asociaciones, organizaciones y movimientos, a la conferencias episcopales y la Sede de Pedro”, ha aseverado el cardenal, subrayando que todas estas manifestaciones “necesitan procesos de escucha, cooperación y sinergia” para que puedan “participar en el camino sinodal, ya sea recorriendo las vías fluviales del Amazonas o subiendo y por las montañas de Suiza”.
Haciendo un recorrido por los distintos hitos del pontificado de Francisco desde el Sínodo de la Amazonía –incluyendo el documento Documento Final del Sínodo y las encíclicas del Papa– el purpurado ha apuntado que, de hecho, este camino recorrido durante estos años es un llamamiento a las Iglesias particulares a “descubrir los propios potenciales y fecundidad” así como a “iniciar sus propios procesos sinodales” para “descubrir sus propios nuevos caminos”.
Nuevos caminos
De hecho, los “cuatro sueños” del papa Francisco para la Amazonía –el sueño social, cultural, ecológico y eclesial– pueden “aplicarse a todas las regiones del mundo”. Por ello, Czerny ha querido animar a los asistentes a preguntarse si pueden “experimentar, espiritual y pastoralmente, la integridad de estos nuevos caminos para la Iglesia y para una ecología integral”.
“Lo que el Santo Padre ha sugerido audazmente es un mayor sentido eclesial que abre horizontes”, ha aseverado el purpurado. “Es bastante sorprendente que el factor dinamizador no esté limitado por nuestros límites habituales: mi diócesis, mi estado, mi rincón del mundo, sino que proviene de algo más grande, más diverso y de una Amazonia vulnerable, cada vez más vital para la salud del mundo”, ha añadido.
Asimismo, ha señalado que en ‘Fratelli tutti’ la “advertencia” del Papa “no podría ser más clara”. “O somos hermanos y hermanas, o todo falla y nos destruimos unos a otros. Hermano y hermana es la frontera en la que debemos construir, el desafío de nuestro siglo, el desafío de nuestro tiempo”.
De cara a octubre de 2023, “anticipamos con alegría el Sínodo sobre la sinodalidad”. Y es que en este sínodo, en el que se pondrá de manifiesto ese carácter sinodal de la Iglesia, “se ha pedido a todas las diócesis que participen en su preparación. Aquí está la oportunidad de reunir los pasos anteriores en un proceso continuo, convirtiendo el palabra Iglesia en verbos: encontrar, reparar, funcionar, servir, orar”.