La ceremonia de beatificación de Juan Elías Medina y sus 126 compañeros mártires ha tenido lugar hoy en la mezquita-catedral de Córdoba, en una celebración presidida por el cardenal Marcelo Semeraro, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos.
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Durante su homilía, el purpurado ha señalado que “las palabras de Jesús” en el evangelio “trazan un horizonte desconcertante a los que le siguen”, en el que “sin embargo no falta un resquicio por el que se cuela un rayo de luz: ‘yo os he escogido sacándoos del mundo'”. “Jesús nos recuerda su amor misericordioso, por el que nos ha elegido, pero esto no significa solo que nos ha seleccionado, sino que es un gesto de salvación”, ha aseverado Semeraro.
Al mismo tiempo, ha asegurado que “las palabras de Jesús quiere asegurarnos su cercanía: quiere recordarnos que siempre nos verá como sus amigos, como sus hermanos. Y la cercanía de su Padre, a quien nos ha enseñado a dirigirnos con un ‘Padre Nuestro'”.
“La palabra nos invita a ejercer un discernimiento sobre ese ‘odio del mundo'”, ha continuado Semeraro, subrayando que “nos equivocaríamos si entendiéramos así las dificultades que nos encontramos, sino las que son consecuencia de nuestras infidelidades. Por eso, todo lo que nos contraria no es odio del mundo”.
127 mártires españoles
En cuanto al grupo que hoy ha sido beatificado, Semeraro ha señalado que “nos pone delante una gran variedad de perfiles humanos, en algunos casos con profundas realizas teológicas que se manifestaban en sus experiencias cotidianas. Estamos, por ello, ante una visión de la historia cuya memoria puede ser evangelización en contextos secularizados”.
Glorificación de 127 Mártires de la Persecución Religiosa en España entre 1936 y 1939 #LaVictoriaDelAmor @mezq_catedral @ObispoDemetrio @SAdelanteAS @Archigranada @archimadrid @ArchiMridaBadaj @diocesisguadix @DiocesisHuelva @diocesisdejaen pic.twitter.com/gklPv80DOn
— Diócesis de Córdoba (@diocesiscordoba) October 16, 2021
La beatificación de los 127 mártires de la persecución religiosa en España entre 1936 y 1939 representa el reconocimiento de la Iglesia Universal a las personas que no renunciaron a su fe y a aquellos que llegaron a proclamar su adhesión a Cristo en el momento del martirio. En la Diócesis de Córdoba, igual que en otras partes de España, el testimonio de fe de la comunidad cristiana es muy abundante durante la primera mitad del siglo XX. Esta causa de beatificación, que culmina el día 16 de octubre, acoge a 115 hombres y 12 mujeres que murieron con fama de santidad por defender sus principios cristianos y morir perdonando a sus verdugos.
El mayor número de personas martirizadas fueron sacerdotes y laicos: 79 sacerdotes y 39 laicos, junto a ellos 5 seminaristas, 3 religiosos y una religiosa han sido beatificados hoy bajo la causa de santidad de ‘Juan Elías Medina y 126 compañeros más’. Entre los mártires de la persecución religiosa en la diócesis de Córdoba se encuentran personas de entre 15 y 88 años. El mayor número de fallecidos tenía edades comprendidas entre los 30 y 40 años, un total de veintiocho; cuatro menores de 20 años y trece entre 20 y 30 años.
Agradecimiento del obispo de Córdoba
Antes de finalizar la celebración, el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, ha tomado la palabra para agradecer al Santo Padre esta beatificación: “celebramos con inmenso gozo la beatificación de los 127 mártires, donde la Iglesia se alegra con los mejores de entre sus hijos que son, por tanto, los que alcanzaron con un amor más grande la gloria del cielo”.
“El amor de Cristo ha revolucionado profundamente la historia, transformando el suplicio de la cruz en cauce de redención. La tortura de los mártires ha producido entre nosotros un amor más grande y hoy constatamos una vez más que la vida cristiana es cauce de humanización, reconciliación y de paz para los pueblos”, ha asegurado.
“La Causa que un día inició el actual arzobispo emérito de Sevilla ha llegado a feliz término, esperemos ahora un milagro y que nos veamos en Roma muy pronto”, ha expresado el Obispo en su deseo de que estos mártires se conviertan en “semilla del Evangelio”.