Vaticano

El Papa en el ángelus: “Sumerjámonos con compasión en la vida de quienes nos encontramos, como hace Jesús”

“Dios no se quedó mirándonos desde lo alto, sino que bajó para lavarnos los pies”, ha afirmado Francisco





“Sumerjámonos con compasión en la vida de quienes nos encontramos, como hace Jesús con todos nosotros”. Esta ha sido la exhortación que ha hecho hoy el papa Francisco al principio de la oración del ángelus ante la plaza de San Pedro. “Dios no se quedó mirándonos desde lo alto, sino que bajó para lavarnos los pies”, ha recordado el Papa.



Francisco ha reflexionado acerca del la liturgia de este domingo, en la que dice que dos discípulos, Santiago y Juan, le piden al Señor que se siente junto a él un día en gloria. “Jesús, con paciencia, les ofrece una gran enseñanza: la verdadera gloria no se obtiene elevándose por encima de los demás, sino viviendo el mismo bautismo que pronto recibirá en Jerusalén”.

De hecho, tal como ha explicado el Papa, la palabra ‘bautismo’ significa ‘inmersión’. Así, “con su Pasión, Jesús se sumergió en la muerte, ofreciendo su vida para salvarnos”. Por eso, “su gloria, la gloria de Dios, es por tanto amor que se convierte en servicio, no poder que aspira a dominar”.

Sumergirse por el bautismo

Es por este motivo que, tal como ha señalado Francisco, la “lógica” de los discípulos y la de Jesús son diferentes: mientras “los discípulos quieren emerger”, Jesús “quiere sumergirse”. El verbo emerger implica “la mentalidad mundana por la que siempre estamos tentados”. Sin embargo, “la búsqueda de prestigio personal puede convertirse en una enfermedad del espíritu, incluso disfrazándose de buenas intenciones”. Por ejemplo cuando, “detrás del bien que hacemos y predicamos, lo que realmente buscamos es solo nosotros mismos y nuestra afirmación”.

Por ello, el Papa ha animado a “verificar las verdaderas intenciones del corazón” y preguntarse “¿Por qué estoy llevando a cabo este trabajo, esta responsabilidad? ¿Ofrecer un servicio o hacerse notar, elogiar y felicitar?”. “A esta lógica mundana, Jesús contrasta la suya: en lugar de elevarse por encima de los demás, desciende del pedestal para servirlos; en lugar de emerger por encima de los demás, se sumerge en la vida de los demás”.

“Aquí está el segundo verbo: sumergirse”, ha continuado el Papa. “Por el Bautismo, esa inmersión en Jesús que ya hemos recibido por gracia y que nos dirige, nos urge a seguirlo, no a buscar nuestro interés sino a ponernos al servicio”. “Es una gracia”, ha aseverado Francisco, “es un fuego que el Espíritu ha encendido en nosotros y que debe ser alimentado”.

Coraje evangélico

Después del rezo del ángelus, el Papa ha saludado a los presentes en la plaza de San Pedro y ha recordado la iniciativa de la asociación Ayuda a la Iglesia Necesitada, por la cual un millón de niños rezarán hoy un rosario por la paz.

“Ayer en Córdoba fue beatificado Juan Elías Medina y 126 compañeros mártires, sacerdotes, laicos, religiosos y religiosas, que murieron durante la violenta persecución religiosa de los años 30 en España”, ha apuntado Francisco. “Que su fidelidad de fuerza a todos nosotros, especialmente a los cristianos perseguidos, que den la fuerza y el coraje evangélico”, ha añadido.

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