Ante la conmemoración, este 18 de octubre, del Día Europeo contra la Trata de Personas, Cáritas ha denunciado la “situación de extrema vulnerabilidad en la que se encuentran las víctimas de este delito” y ha reclamado, asimismo, el compromiso de las administraciones públicas para poner en marcha “medidas urgentes que permitan su identificación y garanticen su protección”.
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Y es que, tal como denuncia la Ong, basándose en su propia experiencia, la “naturaleza encubierta del delito”, el número real de víctimas “es mucho mayor” a las 50.000 personas que, según Naciones Unidas, fueron detectadas como tal en el mundo en 2018.
“Naciones Unidas indica que el 50% de las víctimas de trata detectadas lo fueron con fines de explotación sexual, el 38% con fines de trabajo forzoso, el 6% fueron sometidas a actividades delictivas forzadas, el 1% a la mendicidad forzada y un número menor, a contraer matrimonios forzados, extracción de órganos y otros fines”, explica Cáritas, aseverando, además, que “la trata tiene, además, una importante dimensión de género, dado que las mujeres y las niñas son el 65% de las víctimas identificadas, en su inmensa mayoría con fines de explotación sexual”.
3.202 mujeres acompañadas por Cáritas
La Confederación Cáritas en España cuenta con un servicio específico de atención a mujeres en contextos de prostitución y a víctimas de trata con fines de explotación sexual, que desarrolla por medio de diferentes proyectos en todo el territorio nacional. “En 2020, Cáritas ha acompañado a 3.202 mujeres en contextos de prostitución“, explica la organización. “De ellas, 1.724 han sido atendidas en los centros de atención y 1.511 han sido contactadas a través de las visitas a pisos, clubs, asentamientos, calle, etc.”.
Del total de mujeres apoyadas por Cáritas, en el 27% de los casos se ha detectado una situación de explotación sexual (927 mujeres) y en lo que se refiere a mujeres con indicios de trata con fines de explotación sexual, el número asciende a 275 mujeres (8% de las mujeres acompañadas).
Sin embargo, teniendo en cuenta los datos de identificación formal realizados por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, “el porcentaje es mucho menor”, pues solo señalan como tal a 58 mujeres. “Es decir”, denuncia Cáritas, “solo el 1,7 % de las mujeres acompañadas por Cáritas han sido identificadas formalmente, frente al 8% en las que Cáritas encuentra indicios”. “Esto revela la urgencia de acometer un análisis y puesta en marcha de nuevos mecanismos de identificación de las víctimas de trata”, afirma la organización.
La realidad de las mujeres
Asimismo, la Ong ha explicado que, durante el acompañamiento a mujeres con indicios de trata con fines de explotación sexual, detecta, generalmente, que “la mayoría están o estaban ejerciendo prostitución”, y “hablan de su proceso migratorio y la movilidad que viven en este país y en otros países, pagando deudas camufladas en forma de honorarios por el transporte o préstamos, y afrontando precios excesivos por alojamiento, comida o vestimenta”.
Por otro lado, “la mayoría” de las mujeres “residen de forma continua en su lugar de trabajo, sin establecer otro tipo de relaciones, ni poder conocer su entorno más cercano, lo que las hace aislarse y perder el ritmo social”. Además, “se encuentran dentro de un sistema de plazas que garantiza la movilidad constante, y evita la creación de vínculos y el conocimiento de los recursos disponibles”.
“Pernoctan en los lugares donde ejercen, por lo que están a disposición de la llegada de demandantes en cualquier horario, y expuestas a prácticas de riesgo”, denuncia la Ong, y, “en la mayoría de los casos se ha constatado desorden psicológico y situaciones de estrés postraumático”.
Estas mujeres “cuentan con escasa formación que les facilite su acceso al mercado laboral. Además, la situación administrativa irregular en la que se encuentran provoca que la gran mayoría no tengan acceso a procesos oficiales de educación y formación, o incluso a cursos o talleres de cualificación, que podrían mejorar sus oportunidades de empleo”.
Otros aspectos preocupantes
Por todo ello, para Cáritas es esencial “abordar el acompañamiento a las víctimas desde una perspectiva integral y de afianzar los modelos de detección de necesidades de las mujeres”. Y es que, todas estas circunstancias, sumadas a la situación administrativa irregular de muchas de las mujeres, origina una grave vulneración de derechos, como, por ejemplo, la falta de acceso al mundo laboral, con la consecuente vinculación a continuar ejerciendo la prostitución, la carencia de acceso a la salud y la dificultad de acceso a vivienda por carecer de nóminas o ingresos económicos reconocidos por el sistema de la Seguridad Social, lo que las obliga a depender única y exclusivamente de residencia en locales o clubs.
“Un aspecto preocupante que sigue en aumento es el ejercicio de la prostitución en pisos, menos accesible a las entidades sociales, lo cual dificulta el trabajo. De hecho, el cierre de los clubs en momentos de confinamiento ha incrementado en 2020 el desplazamiento de las mujeres a los pisos“, advierte Cáritas. Del mismo modo, subraya que “otro riesgo grave que afrontan estas mujeres está relacionado con los medios digitales”.
“Sigue preocupando la lentitud del procedimiento penal y administrativo en éstos procesos, lo que entra en claro conflicto con las necesidades de las mujeres, y su proceso de reconstrucción de su vida“, afirma la organización. Por este motivo, desde Cáritas han recordado, en esta jornada, la alerta lanzada en 2021 por el Papa Francisco con motivo de la Jornada mundial de oración y reflexión contra la trata de personas, en la que reclamaba una economía sin trata, “con reglas de mercado que promueven la justicia y nos los intereses particulares exclusivos”, una economía del cuidado, que ponga a la persona en el centro.