El obispo de Getafe, Ginés García Beltrán, presidió ayer en la basílica del Sagrado de los Ángeles la eucaristía que marca el desembarco de la cadena de televisión EWTN en España. De esta manera el mayor grupo privado católico de comunicación fundado en 1981 por la madre Angélica celebraba la puesta de largo a través de la convocatoria de una vigilia de oración al Sagrado Corazón de Jesús con el fin de implorar “el don de la reevangelización en España”, tal y como manifestaron los organizadores del evento.
- El Podcast de Vida Nueva: Sínodo de la Sinodalidad
- ¿Quieres recibir gratis por WhatsApp las mejores noticias de Vida Nueva? Pincha aquí
- Regístrate en el boletín gratuito y recibe un avance de los contenidos
“Difícilmente podremos evangelizar España desde el desafecto al sucesor de Pedro y cuestionando sus enseñanzas”, expuso en su homilía el pastor en un tono sosegado a la vez que contundente. “La comunión de fe con los sucesores del apóstol Pedro y la adhesión y amor a su persona y magisterio han identificado a nuestro cristianismo. La evangelización de España, también en este momento, debe tener este signo identidad”, explicó.
Una Iglesia siempre unida
Desde ahí, reclamó “una Iglesia siempre unida a la sede de Pedro”: “Debemos evangelizar en comunión con el Papa y su magisterio, con la Iglesia universal”. “Al Papa le debemos desde la fe nuestro afecto sincero y filial”, apostilló.
Esta puesta en marcha de EWTN en nuestro país, tiene lugar unas semanas después de que trascendiera una reflexión lanzada por el Papa Francisco a los jesuitas durante su viaje a Eslovaquia que recogió La Civiltá Cattolica: “Hay una gran cadena de televisión católica que habla continuamente mal del Papa sin ningún problema. Puede que yo personalmente me merezca estos ataques e insultos, porque soy un pecador, pero la Iglesia no se merece esto: es obra del diablo. Incluso se lo dije a algunos de ellos”.
Evangelizan los testigos
García Beltrán recordó además cómo el Papa Francisco plantea que “evangelizar no es hacer proselitismo, ni irse de paseo ni reducir el Evangelio a una función”. “Evangelizan los testigos”, apoyó. El obispo de Getafe añadió “la evangelización no es una actividad humana que la Iglesia ha secundado a lo largo de los siglos, sino que obedece al mandato misionero de Jesús”.
Al echar la vista atrás a los veinte siglos de evangelización en España, reclamó “una conversión personal y pastoral”, además de una “revitalización de la fe”, en medio de la creciente secularización. “Dios sigue presente, su amor no tiene fin, porque estamos siempre llamados a renovar nuestra evangelización”, apuntó, remitiéndose a las reflexiones de los obispos lanzadas en las Orientaciones Pastorales para el próximo quinquenio. En este sentido, no dudó en reconocer las dificultades internas de la Iglesia como la secularización interna, la falta de comunión o de audacia misionera.
Encuentro con Cristo
García Beltrán también aludió a Juan Pablo II para poner en valor la impronta mariana de nuestro país y se remitió a la encíclica ‘Deus caritas est’ de Benedicto XVI para ofrecer una línea de acción misionera: “No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva”. “No hay verdadera evangelización si el hombre no se encuentra con Cristo”, aseveró, añadiendo un matiz: “La evangelización no puede ser un barniz, sino que tiene que impregnar hasta lo más profundo”.
“No hay cristianismo sin cruz y todo aquello que llamándose cristiano, no tenga el camino de la cruz, no es cristiano”, subrayó García Beltrán, que alertó de caer en “un Cristo mundanizado, una Iglesia mundanizada y regida por los valores del mundo”. “Pero la mirada de Dios es diferente. Porque su corazón es diferente”, enfatizó.
“Aunque el mundo no nos entienda, nos llamen tontos o nos desprecien, entre nosotros no puede ser así. No podemos entender el poder como dominio, sino como servicio, como entrega. Por eso, el que quiera ser grande, que sea el servidor, el que quiera ser el servidor, que sea el esclavo de todos”, remarcó parafraseando el Evangelio dominical.