“Haití es mucho más que un terremoto”. Así lo ha sentenciado Fidele Podga, coordinador del departamento de Estudios y Documentación de Manos Unidas, en una mesa redonda convocada por la organización con motivo de los días internacionales de la Alimentación y de la Erradicación de la Pobreza, y que se ha celebrado bajo el título ‘Hambre, violencia y cambio climático: el caso de Haití’.
Los ponentes han analizado en sus intervenciones la complejo situación que atraviesa Haití, como paradigma de las tendencias existentes en muchas regiones del planeta. Y es que, el país caribeño, golpeado por la pobreza multidimensional, la violencia política y social y las consecuencias de desastres naturales que cíclicamente obligan a la población a rehacer sus vidas, se enfrenta, además, a un incremento del hambre y la desnutrición que afecta, fundamentalmente, a la infancia.
“El hambre y la pobreza crecen sin parar, pero los más afortunados no paran de ver como crecen sus fortunas”, ha señalado Podga, haciendo referencia a cómo la creciente desigualdad del mundo encuentra en Haití su paradigma. “Sería un dato irrelevante si no fuera porque ese incremento conlleva un fractura social que en América latina está costando vidas”, ha apostillado.
Por su parte, Juan de Amunátegui, coordinador del departamento de Proyectos de América en Manos Unidas, ha explicado en su exposición los principales obstáculos para el desarrollo de Haití, aseverando, además, que “el pueblo haitiano es exponente de fortaleza, espiritualidad y dignidad, capaz de levantarse una y otra vez ante las mayores adversidades”.
Asimismo, Amunátegui ha afirmado que esta realidad “es especialmente aplicable a las mujeres de Haití, quienes, a causa de la migración de los varones, tienen que verse solas para enfrentarse y sacar adelante a sus familias y a la comunidad en estas situaciones de emergencia”.
En la mesa redonda ha participado también Richard Frechette, fundador de Nuestros Pequeños Hermanos (NPH). En su ponencia –en diferido por razones de agenda– ha compartido su perspectiva, tras casi 40 años en el país, sobre algunas de las necesidades y potencias del pueblo haitiano.
“Las condiciones en Haití son muy duras y muy tristes, pero se puede avanzar gracias a un concepto que domina la mente del pueblo haitiano: el concepto de nosotros, dejando de lado el yo y buscando lo mejor para nosotros”, ha explicado. “Esto es muy importante, pero es muy complicado cuando uno no tiene acceso a un trabajo o a un salario que le permita vivir con dignidad y avanzar en educación y en seguir los sueños. Es un país que mata sueños. Para muchos, la única forma de vivir mañana es salir de aquí hoy”.
Stevelson Edouard, director del área de Gestión Social de America Solidaria, ha explicado las consecuencias que los desastres naturales tienen sobre la población. “Si bien el cambio climático es mundial, Haití, así como los países del Caribe, es más vulnerable a esta situación“, ha señalado. “Además, está situada sobre varias fallas sísmicas, y en el camino de los huracanes habituales que se dan en la zona en ciertas épocas del año”. A
Por otro lado, ha apuntado que las consecuencias del cambio climático “se ven agravadas por la deforestación y la importación masiva de plásticos”. Asimismo, “la situación política, desde la dictadura hasta la situación actual de lucha por el poder y el aumento de las bandas armadas en los últimos años”, tan solo provocan más inestabilidad en el país.
Por último, Xavier Adsará, director de NPH España y presidente de NPH Europa, ha subrayado la importancia de un entorno no violento para el desarrollo de los jóvenes haitianos. Además, ha señalado “lo importante que es contar con los haitianos”, porque “ellos conocen mejor que nadie cuáles son sus necesidades”. “Son capacidades de, con ayuda, ejecutar sus proyectos. Hay que poner el foco a las capacidades que tiene Haití para salir adelante si se le da la oportunidad”, ha concluido.