Con una declaración, líderes católicos enviaron un pedido a los representantes de los países que integran el G20 para reclamar medidas que limiten el calentamiento global.
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En la carta mencionaron al papa Francisco que ya se manifestó sobre el tema: “Las inversiones en combustibles fósiles continúan aumentando, a pesar de que los científicos nos dicen que los combustibles fósiles deben permanecer bajo tierra… Continuamos por viejos caminos porque estamos atrapados por nuestra contabilidad defectuosa y por la corrupción de intereses creados. Todavía consideramos como beneficio lo que amenaza nuestra propia supervivencia”.
Los obispos y líderes de comunidades afirmaron que el cambio climático es una realidad que afecta a la población de todo el mundo, particularmente a las comunidades pobres y vulnerables. Luego, mencionaron algunos de los problemas que ya se visualizan: sequías e inundaciones cada vez más graves y frecuentes, pérdida de cultivos y destrucción de tierras. “No podemos ni debemos callarnos ante tal sufrimiento e injusticia”, aseveraron.
Además, expresaron que si se quiere limitar el calentamiento global a un aumento de temperatura por debajo de 1,5 grados para fines de 2030 hay que mantener los combustibles fósiles bajo tierra. La ciencia avala esta afirmación.
“Deber moral incuestionable”
La nota, firmada por obispos y líderes católicos de Alemania, Argentina, Australia, Brasil, Estados Unidos, India, Indonesia, Italia, Japón, México, Reino Unido y Sudáfrica, fue enviada a los miembros del G20. En ella, formulan distintos pedidos para ser considerados por los participantes de la reunión que culmina, a fin de mes en Roma, con la cumbre de Líderes.
Piden remitir los combustibles fósiles a la historia, a través de distintas acciones:
- Detener cualquier desarrollo nuevo de carbón, petróleo y gas a nivel doméstico
- Terminar con la financiación de combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas) en el extranjero
- Incrementar masivamente las inversiones en formas de energía limpia y segura (energía eólica y solar) y priorizar el acceso a la energía para las comunidades más pobres.
- Cumplir las promesas de proporcionar financiamiento internacional de la lucha contra el cambio climático para apoyar a las comunidades ya afectadas por los impactos del cambio climático.
Avalando y haciéndose eco de las voces de las comunidades, ratificaron: “Nuestro deber moral es incuestionable”.
Sostuvieron que las economías avanzadas son las primeras que deben actuar frente al cambio climático y hacerlo rápidamente para proteger a las generaciones y a la casa común. “Debemos enfrentar nuestra responsabilidad histórica y actuar con justicia, solidarizándonos con nuestras hermanas y hermanos en nuestros propios países y en todo el mundo”.
Concluyen la carta lamentado no tenemos el “lujo” del tiempo de su lado. “Necesitamos actuar ahora”, dijeron.