El presidente de la Comisión Independiente sobre los Abusos Sexuales en la Iglesia (Ciase) ha desvelado que viajará a Roma en diciembre
Jean-Marc Sauvé, presidente de la Comisión Independiente sobre los Abusos Sexuales en la Iglesia (Ciase), será recibido por el papa Francisco en el Vaticano en diciembre. Así lo ha desvelado hoy el propio protagonista.
Un total de 216.000 menores sufrieron abusos por parte de sacerdotes y religiosos en Francia desde 1950 hasta 2020, según el informe presentado este mismo mes por Ciase de la mano de la Conferencia Episcopal Francesa y la Conferencia de Religiosos y Religiosas de Francia. Esta cifra se eleva hasta los 330.000 niños y niñas al contabilizar los abusos cometidos por laicos en ámbitos eclesiales (profesores de colegios católicos, catequistas, etc.).
Los dos años y medio de trabajo de la Comisión –formada por 22 expertos entre abogados, teólogos, psicólogos, historiadores…– concluyeron con esta escalofriante cifra –30 veces superior a las 10.000 víctimas avanzadas–.
Como recoge el texto, de los 115.000 curas y religiosos censados en el país en los últimos 70 años, entre 2.900 y 3.200 han abusado de niños, siendo esta una “estimación mínima”. Es decir, un 3% de los consagrados han sido abusadores, pero en su mayoría ya han fallecido. Como ha destacado Sauvé, se trata de una media de 63 víctimas a manos de cada pederasta.
El propio Sauvé, en entrevista con Vida Nueva, ha invitado a que “más países hagan sus informes de abusos en la Iglesia”.
Por su parte, Jean Castex, primer ministro de Francia, fue recibido el pasado 18 de octubre por Francisco en una visita que, si bien estaba planificada para celebrar el centenario del restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Francia y la Santa Sede, se ha visto empañada por la publicación del informe.
“Obviamente mencionamos la situación de la Iglesia en Francia, el informe Sauvé”, dijo Castex tras su reunión con el Papa, en declaraciones a la prensa recogidas por La Croix. Asimismo, confirmó que el Francisco considera “valiente” a la Iglesia francesa por admitir lo ocurrido y “haber hecho su trabajo”. “Está encantado de que no haya ninguna negación”, añadió.