El obispo auxiliar de Madrid, José Cobo, está convencido de “en nuestra Iglesia no andamos cerrados ni caminamos a oscuras”. Así lo expresó en la apertura de la edición otoñal de las V Conversaciones PPC que hoy se celebran en el colegio mayor Berrospe de Madrid bajo el lema “¡Soñar juntos!”, expresión tomada de la encíclica social ‘Fratelli Tutti’.
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Para el pastor madrileño, el papa Francisco a través de su magisterio está “provocando un movimiento fresco para toda la vida de la Iglesia”. “Por eso, vuestra apuesta es la apuesta de toda la Iglesia”, subrayó sobre estas jornadas organizadas mano a mano entre el Instituto Superior de Pastoral y PPC Editorial.
Utopía realizable
Al ahondar en el lema de la convocatoria, Cobo compartió que “soñar no es algo lejano ni propio de la noche”. “El sueño de Dios pasa por la resurrección y se va realizando y es posible que se realiza, pero necesita instrumentos para ir entrando en esa dinámica”, comentó.
Desde ahí, planteó que “necesitamos centinelas que hagan una lectura de lo que nos ha pasado y nos queda por delante”. “Hay muchos que han muerto, otros se han quedado atrás, algunos están desilusionados”, reflexionó sobre las heridas que ha dejado la pandemia en la sociedad.
El plan de Dios
En este contexto, el obispo auxiliar de Madrid subrayó que “el Papa nos pone una meta para realizar el plan de Dios, que es la fraternidad. No es sumar piezas sino construir algo nuevo desde los pobres, desde las víctimas y las dolencias de nuestro mundo”.
Así, animó a los presentes a adoptar “la mirada del buen samaritano” para poder “formular este sueño y empalabrarlo para lanzarnos a propuestas concretas, se ponga en común y se haga fraternidad”.
Ojos abiertos
En el acto de inauguración, José Cobo estuvo acompañado por el director del Instituto Superior de Pastoral, Lorenzo de Santos, y del director de PPC España, Raúl Rodríguez. De Santos explicó que este foro busca “contribuir a soñar con los ojos abiertos, mirando a los acontecimientos desde el espíritu que fluyó del Concilio Vaticano II”. Así, apeló a la necesidad de “situarse en el mundo siendo testigos del Evangelio de Jesús, a forjar vidas con sabor a Evangelio construyendo una fraternidad y amistad social que no quede en palabras”.
Por su parte, Raúl Rodríguez animó a los participantes de la jornada a adentrarse en una “reflexión conjunta y plural” para configurar “una propuesta eclesial” aterrizada. “De poco nos sirve la reflexión teológica o pastoral si no nos mueve a la acción”, valoró con la conciencia clara de que “la pandemia ha abierto nuevas brechas de dolor que también han generado nuevas respuestas de fraternidad”.
