El teólogo Pepe Laguna considera que “necesitamos sociedades que se constituyan en torno al cuidado democrático”. Sobre este eje discurrió su ponencia con la que participó en las V Conversaciones PPC organizadas de la mano del Instituto Superior de Pastoral que se celebran hoy en el Colegio Mayor Berrospe de Madrid.
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Este laico comprometido con la entidad Cristianismo y Justicia, propuso hacer del estilo del buen samaritano de la encíclica ‘Fratelli tutti’ un pacto para promover la cultura del cuidado entre la ciudadanía.
Simetría e igualdad
“Ser una gran familia humana como propone el Papa me sirve como metáfora, pero la sociedad no funciona exactamente como una familia”, matizó sobre cómo debe aterrizarse el documento magisterial en las instituciones tanto privadas como públicas. “La ‘cuidadanía’ requiere de simetría e igualdad para huir del asistencialismo y el paternalismo”, expresó, a la vez que planteó la urgencia de promover “una red de cuidados que sostengan la vida y se presente como paradigma político, no solo para resolver problemas”.
“La piel del mundo está mutando. Socialmente estamos en un período de enjambre sísmico. Pero, o nos adentramos en una cultura del cuidado, o dejaremos a las futuras generaciones una herencia envenenada”, reflexionó sobre el actual escenario post pandémico en el marco de “una sociedad en la que usamos muchos filtros para salir bien en la foto” y en la que en Occidente “nos seguimos definiendo desde el relato de la autosuficiencia”. “Tenemos que deconstruir este relato que tenemos para construir otro relato”, defendió.
“Esto no significa que haya construir sociedades vulnerables y frágiles. No estoy divinizando la vulnerabilidad”, matizó. En este sentido, señaló como resulta vital incluso cambiar el lenguaje: “No podemos hablar de tercer y cuarto mundo, somos un único mundo”. También propuso que la educación dé un salto en los aprendizajes, no dando por hecho que se enseña a cuidar sin más: “En la escuela, la vulnerabilidad tiene que aparecer en los currículos”.
