Francisco recibe en el Vaticano al presidente del Gobierno de Seúl, Moon Jae-in, que se ofrece como intermediario para lograr una visita a Pyongyang que “contribuiría mucho a construir la paz”
Este viernes el papa Francisco recibe en el Vaticano al presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, que viaja a Roma para participar en la cumbre del G20 que se celebra este fin de semana en la capital de Italia, el país que este año ejerce la presidencia de turno del club de los países más desarrollados del mundo.
El presidente Moon, que ya fue recibido por el Pontífice en el Palacio Apostólico en octubre de 2018, vuelve al Vaticano con una propuesta para Jorge Mario Bergoglio: que retome su viejo proyecto de visitar Corea del Norte, el hermético país regido con mano de hierro por el dictador Kim Jong-un. Ya hace tres años el líder de la Corea democrática hizo llegar al Papa una invitación verbal para que realizara una estancia en su vecino del norte, un viaje que nunca se produjo al no concretarse una invitación oficial de parte de las autoridades comunistas de Pyongyang.
Lee Jong-joo, portavoz del ministerio de Corea del Sur para la Reunificación, comentó este lunes que una posible visita del Pontífice a Corea del Norte, “contribuiría mucho a construir la paz”, según declaraciones recogidas por la agencia local Yonhap. La eventual estancia de Francisco en Pyongyang marcaría un punto de distensión entre ambos países, nacidos tras la guerra civil que vivió la Península Coreana entre 1950 y 1953.
El portavoz Lee Jong-joo aseguró que el Gobierno de Seúl ha ofrecido su apoyo para “realizar la visita” del Papa a Corea del Norte, ejerciendo así de intermediario entre el Vaticano y el régimen de Pyongyang, siempre eso sí que las dos partes estén interesadas y “proceda el diálogo”. Las autoridades de Corea del Norte, remarcó, están dispuestas a realizar “los esfuerzos” necesarios para que la visita del Pontífice pueda tener lugar.