El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, no falta a la misa dominical. En Washington tiene de referencia la iglesia de la Santísima Trinidad, que regentan los padres jesuitas. En caso de que esté de viaje, no renuncia al precepto y participa en la eucaristía allá donde se encuentre.
- El Podcast de Vida Nueva: visita ‘ad limina’ y la Iglesia en La Palma
- ¿Quieres recibir gratis por WhatsApp las mejores noticias de Vida Nueva? Pincha aquí
- Regístrate en el boletín gratuito y recibe un avance de los contenidos
En su periplo romano con motivo de la reunión del G-20, el líder demócrata asistió a la iglesia de San Patricio, templo de referencia para la comunidad norteamericana, en la noche del pasado sábado. Biden fue a misa tan solo un día después de su encuentro con el Papa Francisco en el Vaticano, donde se pudo constatar la sintonía entre el pontífice y el político.
El presidente entró al templo acompañado de su esposa Jill y se sentó en la parte trasera. Según testigos presentes en la iglesia, Biden no tuvo problema alguno en acercarse a recibir la comunión.
No se trata de un gesto que pasara desapercibido, teniendo en cuenta que el mandatario de la nación más poderosa del planeta está bajo la mirada atenta del Episcopado norteamericano. El respaldo a las leyes abortistas de sus Administración propició que los obispos hayan iniciado una reflexión para sacar adelante un documento sobre la eucaristía que, en el fondo, buscaría mandar un mensaje directo de ex comunión a Biden.
No imponer su criterio personal
De ahí la relevancia del primer encuentro con Francisco, así como de su presencia en esta misa vespertina. Aunque personalmente Biden se ha manifestado en contra del aborto atendiendo a sus convicciones como católico, ha expresado públicamente que no puede imponer su criterio personal a una decisión respaldada mayoritariamente por su partido, aún cuando es el presidente.
Mucho se ha comentado sobre si Francisco y Biden conversaron sobre el asunto en su reunión. Lo cierto es que Biden comulgó en Roma, la diócesis en la que Jorge Mario Bergoglio es obispo, por lo que no se lo habría impedido, de la misma manera que tampoco lo ha hecho el cardenal arzobispo de Washington, Wilton Gregory, circunscripción a la que pertenece la Casa Blanca.
En su reciente viaje a Bulgaria y a Eslovaquia, en la rueda de prensa a bordo del avión, los periodistas le preguntaron al pontífice al respecto. Si bien Francisco definió el aborto como un “asesinato”, también dejó caer que “la comunión no es un premio para los perfectos”.
Ya en la anterior cumbre del G7 celebrada en Cornualles a más de uno le llamó la atención que el líder demócrata ajustara su agenda para participar a primera hora del domingo13 de junio. De hecho, su presencia en la parroquia local del Sagrado Corazón de St. Ives sorprendió a los feligreses puesto que no se anunció a los presentes, tal y como pudo confirmar ‘Vida Nueva’.