La entidad apela a la responsabilidad de los Estados a actuar con urgencia antes de que sea demasiado tarde
La 26ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26) daba comienzo ayer en Glasgow, Reino Unido, y sus sesiones se prolongarán hasta el 12 de noviembre. En este marco, Cáritas Internationalis ha instado a los gobiernos a adoptar políticas urgentes que garanticen el cuidado del medio ambiente y la justicia social.
“El cambio climático ya ha producido impactos irreparables en muchas partes del mundo, donde la adaptación es el principal desafío para las poblaciones locales vulnerables”, ha recordado Aloysius John, secretario general de Cáritas Internationalis. “Aunque no son responsables de la crisis climática, estas comunidades se ven obligadas a soportar sus efectos en términos de pérdida de vivienda, medios de vida, entornos de vida e infraestructuras”, ha afirmado, subrayando que a ninguno de ellos “se les ha proporcionado” el estatus de refugiado, aunque hayan tenido que abandonar sus tierras por estas situaciones.
Para ello, la entidad ha puesto sobre la mesa tres peticiones, en la línea de la encíclica Laudato Si’ del papa Francisco, para que los mandatarios de todo el mundo se alíen en favor de la “justicia climática” y pongan en marcha “protejan a los más vulnerables, especialmente a los migrantes”. Las tres propuestas de Cáritas son:
Desarrollar y promover políticas climáticas favorables a los pobres y basadas en los derechos humanos, que les permitan vivir con dignidad, adaptarse y ser resilientes a los impactos climáticos adversos.
Cumplir sus promesas de proporcionar el apoyo financiero indispensable a los países más pobres, abordando el tema de Pérdidas y Daños como una prioridad, asignando financiamiento climático específico y otorgando protección especial a las personas y comunidades desplazadas dentro y entre países debido a efectos adversos del cambio climático.
Comprometerse y buscar una cooperación genuina con las organizaciones de la sociedad civil, en particular las organizaciones religiosas y las Iglesias locales que tienen relaciones sólidas con las comunidades locales.