Para la Conferencia Episcopal de Estados Unidos “el desafío que plantea el cambio climático exige un esfuerzo continuo por parte de todos nosotros”
“La crisis climática es compleja y exige el discernimiento y la cooperación de toda la familia humana”, así comienza la declaración firmada por el arzobispo Paul S. Coakley de Oklahoma City, presidente del Comité de Justicia Doméstica y Desarrollo Humano de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB), y el obispo David J. Malloy de Rockford, presidente del Comité de Justicia Internacional y Paz de la USCCB, de cara a la COP26.
Los prelados “aprecian los recientes compromisos de la Administración Biden en previsión de la COP26 para reducir las emisiones de dióxido de carbono y metano dentro de nuestras propias fronteras y para aumentar las contribuciones de financiación del clima para la adaptación y la mitigación en los países de bajos ingresos”. Además, precisan, “estos nuevos avances reflejan una ecología integral que promueve el cuidado de la creación y refuerza los lazos de solidaridad entre las naciones, especialmente entre los ricos y los pobres”.
“Sin embargo, el desafío que plantea el cambio climático exige un esfuerzo continuo por parte de todos nosotros”, reclaman. Los obispos señalan que “la COP 26 es una oportunidad para que todas las naciones protejan el medio ambiente y, al mismo tiempo, proporcionen energía fiable, asequible y libre de carbono mediante la innovación y la empresa, asegurando un futuro mejor para toda la familia humana, especialmente para la clase trabajadora, los pobres y los marginados”, apuntan en sintonía con las declaraciones del papa Francisco.
“La creación es un don precioso de Dios destinado a ser compartido por todos. Para proteger este don, mientras el mundo corre hacia un futuro sostenible, no debemos olvidar a los que más sufren la degradación ecológica. El liderazgo climático requiere encontrar un terreno común en la búsqueda del bien común, ya que todo el planeta es nuestra única ‘casa común’”, concluyen.