“Agradezco vuestra comunión con el papa Francisco. Mi presencia aquí quiere manifestar su cercanía con los diversos carismas de la Vida Religiosa que trabajan en la Iglesia en España”. Con estas palabras ha comenzado el nuncio apostólico, Bernardito Auza, sus palabras en la apertura de la Asamblea General de la CONFER.
Auza ha celebrado que, por fin, puedan volver a juntarse “en un contexto social en el que no cantamos victoria, pero sí damos gracias a Dios por este momento postcovid”. De hecho, era la primera vez que el representante del Pontífice en España participaba en una Asamblea, puesto que el año pasado se canceló debido a la pandemia.
El nuncio ha hecho hincapié durante su discurso en la importancia del proceso sinodal abierto en Roma y en todas las diócesis del mundo el pasado mes de octubre. “Nadie puede sentirse al margen de este proceso sinodal, estamos llamados a escuchar todas las realidades. El Sínodo espera vuestras aportaciones”, ha recalcado.
Por otro lado, Auza ha hecho referencia a tres momentos vividos en este tiempo: el Año Dominicano, el Año Ignaciano y los 50 años del doctorado de santa Teresa. “Estos tres santos religiosos comparten el mismo amor por la Iglesia y el mismo dolor por los cristianos”, ha reconocido.
El representante papal también ha alabado a la Vida Consagrada, que siempre “ha iniciado la reforma en la Iglesia”. Por eso, ante el Sínodo, “la Vida Religiosa debe volver a responder y a fortalecer la propia razón de su existencia”.
En este marco, el nuncio ha señalado tres tareas de vital importancia: la misión, la participación y la comunión. “Gracias por amar y servir a la Iglesia”, ha dicho mirando al auditorio, formado por más de 200 superiores mayores.
Antes de finalizar, Auza pidió a la Virgen María, “modelo de Vida Consagrada y para todos nosotros”, por el “éxito de vuestros trabajos en colaboración con toda la Iglesia”.
Por otro lado, Luis Ángel de las Heras, CMF, obispo de León y presidente de la Comisión Episcopal para la Vida Consagrada, también se estrenaba en una Asamblea desde que el Episcopado le confiará este servicio.
“En cada diócesis tenéis unas relaciones fraternas que restaurar con pastores, laicos y otros consagrados”, ha comenzado afirmando. “Cada vez llegan tiempos de mayor necesidad de coordinación y colaboración. Es también un desafío para estar conectados como Vida Consagrada e Iglesia. Nos necesitamos y es ilógico que caminemos cada uno por nuestro lado. El Papa nos invita a caminar juntos en la misma dirección y CONFER debe cumplir en este sentido”, ha puntualizado.
Asimismo, De las Heras ha invitado a la CONFER a no olvidarse en este caminar juntos de otros consagrados, porque “CONFER es vía de comunión”. Del mismo modo, ha pedido tener “una relación cercana con los vicarios o delegados y delegadas de Vida Consagrada”, aunque “algunos de ellos dediquen más esfuerzos a la Vida Contemplativa”.
Por otro lado, ha vuelto a recordar la disposición de la Comisión Episcopal a trabajar juntos. “Agradezco vuestro compromiso y vuestra corresponsabilidad en la Iglesia. Por favor, ayudadnos a caminar juntos en la misma dirección”, ha concluido.
Por su parte, la presidenta de la CONFER, Mariña Ríos, ODN, ha recordado en su alocución estos meses de pandemia, en los que se ha hecho visible cómo los religiosos “entregamos la vida al servicio del Evangelio, al servicio de la misión de la Iglesia y de tantos hermanos”. “Gracias por vuestro servicio diario para dar respuestas evangélicas al mundo de hoy”, ha agregado.
Según ha afirmado, “lo vivido en este tiempo nos ha marcado. No es un paréntesis en nuestras actividades apostólicas ni en nuestra vida como seguidores de Jesús. Aquí nos tienes Señor. En este tiempo hemos sentido desgaste, dolor y cansancio… hemos orado con hondura. Un tiempo lleno de compartir, de cultivar fraternidad, de servir y de dejarnos servir. Un tiempo de preguntas, aprendizajes y descubrimientos…”.
Y ha continuado su reflexión: “Traemos con nosotros el sufrimiento de tantos hermanos fallecidos. Traemos agradecimiento y una mirada más honda al Evangelio de quienes no parecen significativos en la sociedad. Traemos en nuestras manos la creatividad para atender a nuestros hermanos, para permanecer en el servicio apostólico. Tenemos la certeza de que el Señor nos sigue invitando a buscarle. Te permitimos, Señor, que nos desinstales y nos abras nuevos horizontes de vida y misión, que nos llames a comunicar la buena noticia del Evangelio”.
Por último, y sobre la Asamblea, ha señalado que espera que sea un tiempo de “búsqueda y de discernimiento” para responder a una pregunta: “¿Hacia dónde nos envía el Señor como Vida Religiosa y como CONFER ante los nuevos desafíos?”.