Tras la apertura de la Asamblea General de la CONFER esta mañana, el obispo de León y presidente de la Comisión Episcopal para la Vida Consagrada, Luis Ángel de las Heras, CMF, fue el encargado de la ponencia marco, una conferencia-coloquio que buscaba responder a la gran pregunta que atraviesa estos tres días de trabajo: ‘Señor, ¿qué quieres de nosotros hoy?’.
- ?️ El Podcast de Vida Nueva: visita ‘ad limina’ y la Iglesia en La Palma
- ¿Quieres recibir gratis por WhatsApp las mejores noticias de Vida Nueva? Pincha aquí
- Regístrate en el boletín gratuito y recibe un avance de los contenidos
En una “estructura sinodal” como es esta Asamblea, ha invitado a todos los superiores mayores a escuchar en cinco direcciones: cuando habla la mente y el corazón, cuando hablan las preocupaciones, cuando hablan los caminos, cuando hablan los fundadores y cuando habla el Señor Jesús –“el único que tiene palabras de vida eterna”-.
Durante su alocución, el obispo de León ha advertido que el encuentro con Jesús es “siempre transformador, nos hace crecer y sacar lo mejor de nosotros mismos”. Por eso, “cuando no nos hace sacar lo mejor es que hay que restaurarlo”. También ha animado al encuentro en comunión, porque “así podemos saber qué quiere el Espíritu de nosotros”. Por otro lado, ha apostado por “abrirnos a la conversión”. Para ello, “nos ayudan otros, incluso los no creyentes, los alejados, esos que están más cerca de lo que pensamos, porque muchos tenemos sobrinos, por ejemplo…”.
Sacar partido a las críticas externas
De las Heras ha hecho hincapié en que “ninguna dificultad puede hacernos perder las ganas”. Ni la falta de vocaciones –“no solo en la Vida Religiosa, porque también hay menos matrimonios”-, ni el escándalo por los abusos en la Iglesia. “Compartimos preocupaciones con el Pueblo de Dios, no son solo nuestras”, ha agregado.
“Reconozcamos y potenciemos nuestras fortalezas, pero también saquemos partido a las críticas que vienen de fuera, quedémonos con lo que puede hacernos mejorar, porque hay que aceptar que tenemos una tendencia hacia el inmovilismo y la autorreferencialidad. Las reacciones a la defensiva que deberían dejar de acompañarnos, pero nos cuesta”, ha sentenciado. Parafraseando al Papa, De las Heras ha provocado a los superiores mayores: “¿Preferimos ser generales de ejércitos derrotados o soldados de un escuadrón que sigue luchando?”.
Durante su intervención, que ha dado lugar a momentos de reflexión en grupo, el claretiano se centró en cuatro puntos en los que la Vida Religiosa necesita hoy trabajar: la misión compartida, la interacción (interculturalidad, intergeneracionalidad e intercongregacionalidad), la reorganización de estructuras y el papel de la mujer consagrada en la Iglesia. Sobre este último, advirtió que “pesa sobre nosotros un poder patriarcal que debemos ir abandonando”. ¿Cómo recorrer cada uno de estos caminos de manera más fructífera? La tarea empieza ahora.