“Las parroquias, escuelas y ministerios de la Arquidiócesis de Los Ángeles no pueden usar música o grabaciones de música compuestas por el P. Cesáreo Gabaráin (RIP) por respeto a quienes han denunciado conducta sexual inapropiada por parte del P. Gabaráin”. Con estas palabras, el Arzobispado norteamericano pastoreado por José Horacio Gómez veta el uso de las canciones del sacerdote y compositor español, después de que el diario El País recogiera el pasado agosto el testimonio de un grupo de antiguos alumnos de un colegio de los alumnos maristas donde el fallecido fue capellán en los años 80.
Se trata de la primera diócesis del planeta que da un paso al frente en relación a esta cuestión que afecta a uno de los curas más célebres del panorama musical español, autor de temas que suena prácticamente todos los domingos en las eucaristías en castellano como ‘La muerte no es el final’, ‘Juntos como hermanos’, ‘Id y enseñad’, ‘Vienen con alegría’, ‘Hoy he vuelto madre’ y ‘Pescador de hombres’, una de las canciones favoritas de Juan Pablo II.
La Arquidiócesis justifica en una nota informativa fechada en octubre que “se opone a cualquier conducta sexual inapropiada y está resuelta en nuestro apoyo a las víctimas sobrevivientes de abuso”. Desde el Arzobispado se remiten a las “acusaciones creíbles” confirmadas por la Congregación Marista en España.
Además, recuerda que la editorial Oregon Catholic Press (OCP), la agencia responsable de los derechos de las canciones del presbítero nació en Hernani también decidió eliminar su perfil “de su sitio web, junto con sus canciones y productos, incluidos cancioneros, discos CD y partituras/octavos”. “OCP también está revisando cómo manejar la eliminación de sus canciones de sus misales e himnarios”, expone la nota emitida desde Los Ángeles.
Al paso, la Arquidiócesis aclara que Gabaráin no tuvo nunca contacto alguno ni sirvió en la diócesis a la vez que hace un llamamiento a posibles víctimas de abuso para “dar nuestro apoyo”.
Esta decisión dista de la adoptada por la Iglesia española. El pasado mes de septiembre, el secretario general de la Conferencia Episcopal Española se desmarcó del veto que ahora llega desde Estados Unidos. ¿Deben los católicos dejar de cantar sus canciones? “Que su obra musical quede contaminada por lo hecho, me parece exagerado. Sus canciones, cantadas en asambleas litúrgicas o fuera de ellas, habrá que valorarlas por su calidad musical”, expuso en una rueda de prensa en la que también se mostró en contra de una “pena de muerte ministerial” para algunos sacerdotes abusadores.