“Antes de la pandemia, se trataba a unos 20 niños rusos cada año en la clínica del Vaticano, quienes se sometieron a tratamientos neuroquirúrgicos únicos”, ha explicado el primer ministro ruso
El primer ministro ruso, Mikhail Mishustin, ha recibido en Moscú al secretario de Relaciones con los Estados de la Santa Sede, Paul Richard Gallagher, quien estos días ha acudido a la capital de Rusia. En su encuentro, tal como informa ANSA, el mandatario aludió al importante nexo de unión entre ambos estados que supone el hospital pediátrico Bambino Gesù, y declaró que el país está interesado “en ampliar la colaboración en el sector de la salud” con la Santa Sede.
“El Centro Científico y Práctico de Asistencia Médica Infantil de Moscú tiene fuertes vínculos con los especialistas del Bambino Gesù”, explicó Mishustin. “Antes de la pandemia, se trataba a unos 20 niños rusos cada año en la clínica del Vaticano, quienes se sometieron a cirugías y tratamientos neuroquirúrgicos únicos“, añadió.
Por su parte, Gallagher respondió que “es muy gratificante que tantos jóvenes rusos hayan podido beneficiarse de la alta profesionalidad y experiencia de los médicos que trabajan en esta clínica”, y que la esperanza del Vaticano es que “esta cooperación continue durante muchos años más”.
“En cuanto a la asistencia”, añadió Gallagher, “queremos ayudar a los niños que la necesitan, pero aparte de eso, nos gustaría compartir la experiencia de nuestros médicos, muchos de ellos pioneros en sus campos específicos”, ya que “al difundir su conocimiento podemos ayudar a los niños también en otros lugares”.
Por otro lado, Mishustin ha enfatizado que “Rusia y la Santa Sede unen fuerzas para superar los desafíos globales, combatir el terrorismo y el extremismo y proteger a la población cristiana en zonas de conflicto”. “Actuando juntos”, aseveró, “podemos hacer mucho para resolver problemas morales, establecer principios humanitarios en relaciones internacionales y desarrollar el diálogo interreligioso”.