Con esta declaración, la diócesis correntina se sumó al reclamo de las iglesias particulares para solicitar más participación y compromiso político de los laicos
El equipo de Formación Ciudadana de la diócesis de Goya presentó un documento titulado “La parte que nos toca o la vida que podemos dar“, en vistas a las elecciones legislativas.
Afirmaron que es necesario replantearse, en el contexto en el que se vive, “cuál es el compromiso ciudadano, cristiano y moral que nos lleva a contribuir y construir nuevas relaciones de amistad social y fraternidad”.
Luego, señalaron algunas preguntas para cuestionarse antes de la votación.
El equipo de Goya también condenó las grietas, las divisiones, y se preguntó si se valora a cada persona y se la respeta desde su dignidad, su pensamiento, opinión o elección.
Tomaron como ejemplo la viuda del Evangelio y la mirada de Jesús: “Ella, de su indigencia, dio todo lo que poseía, todo lo que tenía para vivir” (Mc. 12, 44). Expresaron que esta actitud cuestiona cómo estamos “siendo parte” de la sociedad. A veces, hacer sólo nuestra parte no alcanza; necesitamos involucrarnos y poner la vida misma en aquello que damos.
Destacaron que no basta con solo votar por obligación, como tampoco basta una moral cívica que protesta y denuncia, pero no propone. “Construir sociedades democráticas requiere el esfuerzo de todos”. Reafirmaron, como enseña el Concilio Vaticano II, que “los derechos de la persona (sean) condición necesaria para que los ciudadanos, como individuos o como miembros de asociaciones, puedan participar activamente en la vida y en el gobierno de la cosa pública”.
En el comunicado, los responsables de la Formación Ciudadana, afirmaron que ser un ciudadano fiel es una virtud, y una obligación moral la participación en la vida política, aunque debería guiarse más por las convicciones morales que por el apego a un partido político o grupo de intereses para “ver más allá de la política partidista, (analizar) las promesas de la campaña con un ojo crítico y (escoger) dirigentes políticos según su principio, no su afiliación política o el interés propio” (Declaración de los Obispos de Estados Unidos – USCCB, Vivir el Evangelio de la Vida, N° 33).
Aunque la falta de representación política desanima, destacaron que hay que responder con valentía y perder el miedo a participar, evitar los prejuicios y la muy temida concepción de que “esto no cambia más”. Reducir la participación social y política a un acto electoral es rebajar la calidad de nuestro sistema democrático, condenándolo a un mero procedimiento.
Sugirieron tres líneas de acción para responder a esta instancia de participación política.