El nuncio apostólico en España, Bernardito Auza, abrió la Asamblea General de la CONFER el pasado 3 de noviembre. El representante del papa Francisco en nuestro país participaba por primera vez en el ‘cónclave’ de los religiosos españoles, puesto que el año pasado el evento se canceló debido a la pandemia. Al concluir la apertura, el arzobispo filipino conversó con SomosCONFER.
PREGUNTA.- En estos dos años en España, ha podido conocer la riqueza de la Vida Religiosa…
RESPUESTA.- Sí. La Iglesia en España, junto a la de Italia, ha sido siempre la más rica en vocaciones. La Vida Consagrada tiene una inmensa contribución al mundo, pues, con el proceso de evangelización, los religiosos españoles se insertaron por todos los rincones del mundo. Ellos son los misioneros por excelencia de la Iglesia. Toda la Iglesia es misionera, porque no puede ser de otro modo, pero ellos siempre han tenido mayor disponibilidad para partir.
Como filipino puedo dar testimonio de cómo la Vida Consagrada se ha comprometido, sobre todo, en el campo de la educación. En mi país, las universidades más destacadas pertenecen a jesuitas o dominicos. Además, muchas instituciones femeninas cuentan con colegios y hospitales. La Vida Consagrada ha sido y es una parte esencial de la Iglesia. No podemos poner esto en duda, por eso debemos seguir promoviendo la Vida Religiosa. Es una expresión externa muy sustancial de la Iglesia.
Es verdad que a todos nos preocupa la cuestión de las vocaciones. Pero no es solo a la Vida Religiosa, también al sacerdocio. Y no pasa solo en España, incluso todavía aquí estamos mejor que en otros países de Europa. Tenemos que trabajar juntos, obispos y superiores mayores, para promover esta forma de vida y darla a conocer, aunque ya es visible entre nosotros.
P.- Durante su discurso, hizo hincapié en la importancia del proceso sinodal abierto en Roma y en todas las diócesis del mundo el pasado mes de octubre. ¿Qué pueden aportar los religiosos?
R.- Tienen mucho que aportar. Los religiosos y religiosas cuentan con parroquias, comunidades de fe y colegios en los que se debe trabajar. Como he recordado en mi intervención, los tres elementos de la sinodalidad son la comunión, la participación y la misión. El Sínodo espera las aportaciones de los religiosos teniendo en cuenta que siempre han servido de reforma en la vida del Pueblo de Dios. Además, pueden ayudar a que nadie se sienta al margen de este proceso sinodal, porque estamos llamados a escuchar todas las realidades.
P.- En estos momentos hay diez diócesis españolas que esperan pastor. ¿Se mira también entre los religiosos?
R.- (Se ríe) Estamos trabajando. Tanto la nunciatura como el Santo Padre miramos en todas partes.