El nuncio en España, Bernardito Auza, hizo un llamamiento esta tarde para que la comunidad cristiana se quite “una capa de superficialidad” que impide acercarse a los pobres.
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El embajador vaticano presidió la eucaristía con motivo de la Jornada Mundial de los Pobres en la iglesia de San Antón, aceptando así la invitación del padre Ángel, presidente de Mensajeros de la Paz.
En su homilía, Auza hizo referencia a la ‘cumbre’ celebrada el pasado viernes en Asís, donde el Papa se reunió con 550 personas en exclusión, deteniéndose en el testimonio de Sebastián, el español que compartió su situación en público con Francisco. “El Papa simplemente se dedicó a escuchar”, comentó sobre el sucesor de Pedro, al que elogió porque “sus gestos valen más que mil palabras”.
Solo Dios basta
Junto a su plegaria por quienes atraviesan necesidades materiales, el nuncio también tuvo presente a “las personas desesperadas por su situación de pobreza espiritual”. “Queremos más y más, pero cómo nos enseña santa Teresa de Jesús, sólo Dios basta”, señaló el diplomático filipino en una alusión en la que invitó a los presentes en el templo a no dejarse llevar por “la queja” ni dejarse atrapar por la tentación de pensar que “el mundo es hostil”.
“Hay que estar atentos, velar y vigilar ante los enemigos de la vida eterna, que actúan permanentemente”, expuso también en su homilía, en la que recordó que “lo más importante para cada uno de nosotros es vivir cada momento en el Señor”.
Al concluir la eucaristía, el padre Ángel agradeció su presencia al nuncio e hizo un llamamiento a “querer y dejarnos querer”, especialmente a los más pobres y abandonados. Auza correspondió bendiciendo la escultura de santa Teresa de Caculta que alberga el templo.
