Los alumnos deben volver a clase. Esta es la posición indiscutible del Ministerio de Educación, que apuesta absolutamente por la presencialidad. Y, más aun, después de la pandemia. “Si el bienestar emocional ya era importante antes de 2020 ahora se ha posicionado como la principal preocupación del sistema educativo”, de esta manera ha defendido la ministra de Educación y Formación Profesional, Pilar Alegría, la contribución positiva e insustituible de la presencialidad en las aulas en una conversación con Álvaro Marchesi, catedrático emérito de Psicología de la Universidad Complutense de Madrid y asesor de la Fundación SM, en el marco del proyecto ‘Nuevo currículo, nuevos desafíos educativos. Tu trabajo, tus recursos’, impulsado por SM y la Fundación SM.
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De esta manera, la ministra ha inaugurado la sección ‘Voces’ de este proyecto en una charla con Marchesi en la que ha remarcado que el nuevo currículo pone el foco en los verdaderos retos de la educación para mejorar la calidad del sistema educativo. Reconoció, asimismo, que es “un desafío importante que implicará un mayor esfuerzo para los profesores y los estudiantes”. En este sentido, para Alegría es fundamental mejorar el reconocimiento social de la buena labor que realizan los más de 750.000 docentes de nuestro país. Afirma que son importantes los hechos, que las instituciones deben apoyar y reconocer su trabajo. En ese sentido, se está conversando con los representantes del profesorado sobre las necesidades y mejoras necesarias que se enfocarían en un nuevo estatuto docente.
Uno de los principales cambios a los que se enfrenta el panorama educativo se centra en el enfoque competencial, con un desarrollo muy similar al de otros países europeos. El objetivo, según Alegría, es “garantizar el máximo desarrollo de los estudiantes y que estén mucho más preparados, aprendan de una manera distinta y que sepan interconectar los conocimientos; ello les permitirá dar respuesta a los problemas cotidianos y su vida futura”.
Retos educativos
Por otro lado, a tenor de las elevadas cifras de abandono escolar en España, es fundamental conseguir una educación individualizada en la que la evaluación juega un papel fundamental para “centrarnos no solo en las consecuencias, los suspensos; sino en las verdaderas causas para poder ofrecer en los recursos que necesita cada alumno para que finalice con éxito”. Por eso, afirma que el nuevo decreto de evaluación busca una evaluación continua no solo de conocimientos sino también de competencias durante el todo el ciclo escolar.
Estas claves coinciden con los principales retos educativos que identifica Marchesi en este proyecto de SM: diseñar situaciones de aprendizaje orientadas a la adquisición de competencias, el bienestar socioemocional del alumno para que se comprometa con su aprendizaje, la evaluación de la adquisición de esas competencias y, en suma, conseguir una educación personalizada e inclusiva en la que ningún niño ni niña se quede atrás.
El proyecto
El espacio ‘Nuevo currículo, nuevos desafíos educativos’, según Marchesi, tiene como objetivo “acompañar a los profesores y ofrecerles información contrastada y plural sobre las líneas básicas del currículo junto a datos, herramientas, experiencias prácticas y páginas web de referencia, que les puedan ayudar a realizar mejor su trabajo en los próximos años”. Para ello, semana tras semana “les ofreceremos las claves del nuevo currículo y las diferentes maneras de llevarlo a la práctica en cada una de sus áreas y materias.
Es además un espacio plural elaborado por diferentes voces y experiencias. Expertos educativos liderados por Álvaro Marchesi, César Coll y Elena Martín, y un amplio grupo de profesores especialistas de cada materia y etapa educativa desgranarán los grandes ejes de los decretos y ofrecerán propuestas y recursos durante la implementación del currículo para que los centros educativos puedan adaptarlo a su propio proyecto educativo.
En definitiva, con esta iniciativa la Fundación SM y SM pretenden cuidar a la escuela en este momento de cambio, a los profesores facilitándoles esta transición y, sobre todo, a los alumnos, con el fin de mejorar la calidad educativa y conseguir unas nuevas generaciones de ciudadanos más competentes y comprometidas con su aprendizaje.