Los 300 superiores de congregaciones religiosas de Francia se reúnen desde hoy y hasta el próximo 19 de noviembre en Lourdes para su Asamblea Plenaria. Un momento, el de su discurso de apertura, que la presidenta de la Conferencia de Religiosos y Religiosos de Francia (Corref), Véronique Margron, ha aprovechado para colocar en el centro el testimonio de las víctimas de violencia sexual en el seno de la Iglesia.
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“A los ojos del niño se mezclan el sufrimiento de la violencia sufrida, la negación de su palabra y una gran soledad. Más tarde, como adulto, el embrollo de su infancia se sumará a un enfado por haber estado en peligro y no haber sido rescatado. Entenderá que es toda la cultura de un sistema que quería protegerse a sí mismo en lugar de protegerlo. Y su embrollo sigue creciendo en torno a esta pregunta: ‘¿Por qué no podemos hacerle justicia?’“, ha dicho Margron, subrayando que para las víctimas “es vital que finalmente puedan tener paz y que la lágrima de su infancia deje de derramarse”.
“Depende de nosotros”
Así, la religiosa ha afirmado que los que han sufrido abusos se presentan “vulnerables, desgarrados por la vergüenza y el dolor a la infancia humillada y traicionada” y que, si bien “no podemos devolverles a ninguno de ellos su infancia, su confianza, su ligereza de vivir” porque “es demasiado tarde”, sí es necesario que actuar con responsabilidad.
“Esta realidad me sumerge, en cada historia, en cada encuentro, en la oscuridad del mal cometido, irreversible, irreparable, así como del mal sufrido, que acecha en las sombras carcomiendo y socavando todo lo interior, a veces toda la vida”, ha asegurado Margron. “Depende de nuestra generación asumir la responsabilidad”, ha insistido la religiosa. “Depende de nosotros hacer lo que hay que hacer ahora”.