La Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española (CEE) ha llegado a su fin este viernes situando al episcopado español en cabeza mundial en la protección de menores frente a los abusos. Y es que se ha aprobado el ‘Decreto General sobre la protección de menores’, un conjunto de normas para afrontar, de forma conjunta, los abusos sexuales contra menores y personas vulnerables en el contexto eclesial. La CEE es, de hecho, el primer episcopado en el mundo que aprueba un conjunto de normas similar, y tendrá validez en todas las diócesis españolas.
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“El decreto incorpora las modificaciones que la Santa Sede introdujo en el libro VI del Código de Derecho Canónico, que fue presentado el pasado 1 de junio de este año”, ha explicado el portavoz de la CEE, Luis Argüello. “El decreto general entrará en vigor en el momento en que reciba la recognitio de la Santa Sede”, ha aclarado.
Asimismo, Argüello ha anunciado que, en relación a la protección de menores, la Asamblea Plenaria ha concretado “la formación del Servicio de coordinación y asesoramiento para las Oficinas de protección de menores que se han instaurado en todas las diócesis de España”. Un servicio que se dará desde la CEE con el objetivo de servir de nexo de unión entre las distintas oficinas y “compartir recursos humanos y materiales, así como formación a consagrados y agentes de pastoral” en la lucha contra los abusos y evitar que se vuelvan a producir.
Conocer a cada víctima
En cuanto a la posibilidad de hacer estudios estadísticos de la realidad de abusos en España, Argüello ha aclarado que “los obispos somos favorables al conocimiento de las situaciones que se hayan podido producir para que no vuelva a ocurrir”. “Nuestro deseo es que cada víctima sepa que cada iglesia está abierta a acogerles. Que sepan que, aunque existe una prescripción, la Iglesia siempre está abierta a levantarla”, ha subrayado.
Sin embargo, ha subrayado que “a lo que no estamos dispuestos es a hacer análisis estadísticos”, ya que la Iglesia española quiere “conocer a cada víctima y a cada abusador con nombres y apellidos”. “A la hora de mirar al pasado”, ha continuado, “si no ponemos rostro a las víctimas concretas, esto se pierde en la estadística. Hemos optado por el conocimiento rostro a rostro, cara a cara”.
Por otra parte, Argüello ha aclarado que desde la Iglesia española se están “haciendo investigaciones de forma activa. España no es un país centralizado, y la Iglesia tampoco lo es. Se está haciendo en cada una de las diócesis”.
