Francisco dedica su catequesis a san José, cuya figura recuerda a “todos aquellos que están aparentemente escondidos o en segunda línea” y que gozan igualmente de “un protagonismo sin igual en la historia de la salvación”
La audiencia general de este miércoles estuvo precedida por un encuentro del papa Francisco en la basílica de San Pedro del Vaticano con varios grupos de peregrinos, miembros de la Familia Vicenciana, la Asociación Juan Pablo II de la localidad italiana de Bisceglie y la Asociación Italiana de Víctimas de la Violencia. Tras agradecer que testimonien el estilo de la “Iglesia en salida” y saludar a los miembros de estos grupos, el Pontífice se desplazó al Aula Pablo VI para ofrecer su catequesis, dedicada a la figura de san José.
Recordando la tesis de Zygmunt Bauman sobre la sociedad líquida, Jorge Mario Bergoglio fue en la audiencia general un paso más al “corregir a este filósofo” para definir como “gaseosa” a la sociedad contemporánea, que “encuentra en la historia de san José una indicación bien precisa sobre la importancia de los vínculos humanos”.
El Papa destacó cómo las vidas de todas las personas están sostenidas por “personas comunes, corrientemente olvidadas”, que no aparecen en los medios de comunicación pero que enseñan a los niños “con gestos pequeños y cotidianos, cómo enfrentar y transitar una crisis readaptando rutinas, levantando miradas e impulsando la oración”. Son personas como san José, “el hombre que pasa inobservado, el hombre de la presencia cotidiana, discreta y escondida, un intercesor, un apoyo y una guía en los momentos de dificultad”.
La figura del padre de Jesús recuerda a “todos aquellos que están aparentemente escondidos o en segunda línea” y que gozan igualmente de “un protagonismo sin igual en la historia de la salvación”. El mundo, destacó Francisco en su alocución, “necesita a estos hombres y a estas mujeres en segunda línea pero que sostienen el desarrollo de nuestra vida y que con la oración, con ejemplo, con enseñanza nos apoyan en el camino de la vida”.
Tras recordar cómo san José vive su protagonismo sin “adueñarse de la escena”, el Pontífice destacó que la vida de todas las personas está hecha “de vínculos que nos preceden y nos acompañan”, como el propio Jesús, que vino al mundo eligiendo “la vía histórica” y no de forma “mágica”.
Al final de la audiencia general, Francisco ofreció una oración con la esperanza de que ayude a todos aquellos que pueden encontrar en san José “a un aliado”, principalmente a aquellas personas “a las que les cuesta encontrar vínculos significativos en su vida, y precisamente por esto cojean, se sienten solos, no tienen la fuerza y la valentía para ir adelante”.