Destacó la imagen de la Iglesia en salida, que se desplaza, que sale al encuentro del otro y lo asume como tal
El coordinador del equipo teológico del CELAM, Carlos Galli, participó de la tercera jornada de la Asamblea Eclesial de la Iglesia Latinoamericana y El Caribe, y expuso sobre La Iglesia en salida misionera.
El doctor en teología destacó que, en la segunda parte del documento para el discernimiento, se expresa claramente que somos discípulos misioneros de Jesucristo y un pueblo de Dios en salida hacia las periferias.
El teólogo relacionó su ponencia con la cita evangélica del día en la que Jesús llama a sus discípulos a cumplir con la misión de evangelizar, los envía a convocar a otros, los manda salir e ir hacia los demás, imagen de una Iglesia en salida, misionera a todos los pueblos, y que sostiene la universalidad de la misión.
Esta misión se orienta a toda la comunidad, es un llamado a toda la Iglesia, que comienza a salir de sus límites. Hoy, es un llamado que Jesús hace a los miembros de la Asamblea: “vayan a todos los pueblos de América Latina y del Caribe para comunicar el Evangelio que nos hace discípulos de Cristo… hasta los confines de la Tierra”, expresó Galli.
El otro punto que remarcó el sacerdote fue el de la necesidad de una “conversión o reforma permanente”. Desde el Concilio Vaticano II la Iglesia habla de la reforma; algo que fue asumido por el papa Francisco en “La Alegría del Evangelio”. Insistió en que es necesaria una Iglesia en estado de conversión y reforma para que, en comunión con Jesús y su misión, comunique con fidelidad el Evangelio. Y destacó que una reforma permanente “nos ayuda a crecer en la fidelidad a Jesús y nos mueve a salir de nuestra zona de confort para llegar a los demás”.
Carlos Galli consideró que el punto central de su reflexión es la salida misionera de la Iglesia. También esto fue recogido por el Pontífice, y nos ayuda a entender que la Iglesia existe para evangelizar. La salida misionera, la misión como eje programático de la Iglesia y el avance en la conversión pastoral y misionera deben ser abordados en esta AE, junto con eso el sueño del papa Francisco de una opción misionera capaz de transformarlo todo.
Conversión pastoral y salida misionera son una invitación a todo el Pueblo de Dios y toda la Iglesia, un proceso pleno de salida misionera para comunicar la vida plena de Jesucristo. La inspiración viene del documento de Aparecida, afirma Galli, que ve discipulado y misión como las dos caras de una misma medalla.
Insiste en una Iglesia peregrina que camina entre los pueblos, sinodalmente, que sea esencialmente misionera. Recordó que el papa Francisco, en el Madison Square Garden de New York, invitó a ir al encuentro de los otros donde están y como son, asumir la vida como viene, tenemos que desplazarnos nosotros. Según su opinión, esta debe ser la lógica de la Asamblea Eclesial.
Para Galli, “todos somos discípulos misioneros en salida” es una síntesis magistral, existencial, que nos da una mística de salida hacia los demás. Y agregó que: “Guardar la dulce y confortadora alegría de evangelizar”, es una de las frases que marcan el pontificado del Papa Francisco. Hizo referencia a la alegría misionera que brota del corazón, y por desborde nos lleva a compartir la Buena Noticia de Jesús con todos.
El teólogo consideró que, en las últimas décadas, la Iglesia latinoamericana y caribeña afianzó su comunión pastoral. Dio pasos para fortalecer una identidad eclesial común y trazar líneas pastorales de conjunto. Esto se viene generando con el CELAM, en la Conferencia Eclesial de la Amazonía (CEAMA) y se quiere hacer en esta Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe. Se trata -dijo- de llevar con los demás el desborde del Espíritu Santo a los pueblos latinoamericanos.
Como último punto, el teólogo puntualizó los ejes fundamentales, pensando en el trabajo en grupos:
El padre Galli señaló que el papa Francisco habla de desborde de misericordia ante el sufrimiento de nuestros pueblos; de un desborde de diálogo sinodal en una Iglesia en camino, en esta Asamblea Eclesial; desborde en la misión, con grandes desafíos, confiando en el Espíritu Santo para que Dios nos ayude a anunciar la Alegría del Evangelio y el Evangelio de la Alegría.