Juan Manuel Moreno Bonilla agradece el “compromiso firme y decidido de buscar siempre el bien común” en la Iglesia

Dos mesas redondas, una de políticos y otra de agentes sociales, cierra el evento organizado por la Comisión Episcopal para la Pastoral Social y Promoción Humana en Sevilla

Juan Manuel Moreno Bonilla agradece el “compromiso firme y decidido de buscar siempre el bien

Dos mesas redondas han centrado el programa de lo jornada de clausura de la XLIII Semana Social de España, este sábado, 27 de noviembre. Una mirada desde la política y desde la empresa sobre el tema de esta edición, ‘La regeneración de la vida pública. Una llamada al bien común y a la participación’, ha sido la propuesta de la organización, la Comisión Episcopal para la Pastoral Social y Promoción Humana de la Conferencia Episcopal Española.



Además de estos debates, se han presentado las conclusiones de las Semanas Sociales que en estos días previos se han celebrado por todas las diócesis. Aunque las últimas palabras han sido las de José Ángel Saiz Meneses, arzobispo de Sevilla, quien agradeció a los organizadores y participantes en las jornadas.  Presentó el “arraigo de la fe” que se vive en Sevilla ante la creciente “secularidad”. Tras hacer historia de las Semanas Sociales, las definió como “un taller” en el que se desarrolla una “auténtica cultura del encuentro” entre profesores, pensadores, trabajadores de diferentes ámbitos por avanzar en “la mutua comprensión y la cohesión social”.  Por ello, destacó que “la vida pública es una de las periferias de la sociedad” y defendió que el evangelio sigue iluminando las necesidades del mundo de hoy. “La ‘nueva imaginación de la caridad’ nos impulsa precisamente a ir más allá de los grupos de afines y a construir la auténtica amistad social, tan necesaria para la buena convivencia, que permite reencontrarnos especialmente con los más pobres y vulnerables, los que se hallan en las periferias”, instó.

En la clausura también ha intervenido, a través de un mensaje en vídeo, Juan Manuel Moreno Bonilla, presidente de la Junta de Andalucía, quien alabó la “labor generosa y comprometida” de la Iglesia a través de miles de personas para dar “ayuda y respaldo” de quienes lo están pasando mal. El presidente ha destacado la “enorme solidaridad” y la “mano amiga” que han sentido los andaluces que han vivido las peores consecuencias de la pandemia –apuntó que 275.000 andaluces recibieron la ayuda de Cáritas el último año–. Por ello agradeció el “compromiso firme y decidido de buscar siempre el bien común”. “Es el ejemplo que debemos seguir desde el ámbito de la política, de la economía, de la sociedad en general: la persona en el centro de nuestra actividad”, reiteró.

Una política del diálogo

En la mesa redonda formada por político, Sol Cruz-Guzmán García, diputada del Grupo Popular en el Congreso de los Diputados, asumió la “desafección” de los políticos que siente una buena parte de la sociedad. También destacó la aportación de los políticos de “cercanía” que ejercen su compromiso por el bien común. La diputada invitó a valorar las dinámicas democráticas y vencer las resistencias.

Por su parte, Manuel Alejandro Cardenete Flores, político de Ciudadanos que es viceconsejero de la Vicepresidencia y de la Consejería de Turismo, Regeneración, Justicia y Administración Local de la Junta de Andalucía, defendió la “regeneración” desde una parte “técnica” y otra social. El economista de la Universidad Loyola ha presentado sus propias experiencia de co-gobernanza y la propia vocación al servicio público.

Carlos García de Andoin, director del Instituto Diocesano de Teología y Pastoral de Bilbao y referente de los Cristianos Socialistas, por su parte, ha defendido experiencias de diálogo y de acuerdos en medio de una crisis de los “pilares” sobre los que se fraguó la Transición. El político defendió una “laicidad incluyente” en un contexto en el que la búsqueda de acuerdos y políticas comunes no siempre es reconocida en las urnas por los votantes.

La fuerza del compromiso

Fátima Báñez García, exministra de Empleo y Seguridad Social de España y actualmente presidenta de la Fundación de la CEOE, abrió la mesa redonda que convocó a los agentes sociales. La exministra reivindicó que “la responsabilidad personal es el primer paso para la responsabilidad pública”, algo que subrayó con el magisterio de Benedicto XVI. Apelando a los propios ámbitos de responsabilidad, destacó que “creo de verdad que la persona es la gran palanca para transformar el mundo cada día”. Es más, afirmó que “el bien común hay que cuidarlo cada día como el amor de pareja” porque hay que “construirlo desde la responsabilidad individual y desde ahí transciende al ambiente donde uno vive”. “La suma de voluntades multiplica los resultados”, sentenció.

Javier González de Lara Sarriá, presidente de la Confederación de Empresarios de Andalucía, ha reivindicado el esfuerzo colectivo, la colaboración, el compromiso y la ética como componentes necesarios de la empresa –las más grandes y también la modestas–. Ha invitado a los cristianos a ejercer una participación más activa, ya que “la fe es alegría”. También ha invitado a abandonar prejuicios sobre los empresarios que se han quedado muy retrasados. “Estamos en una economía al servicio de la persona”, reclamó, porque “una empresa comprometida con su entorno social” y “no existe progreso sin factor moral”.

Por su parte, la secretaria general de Cáritas Natalia Peiro, defendió el diálogo y la colaboración social como lección de todo lo vivido durante la pandemia en la que las instituciones políticas y sociales pusieron “lo mejor de sí” para desentrañar la “maraña burocrática” que se había construida. Alabó la colaboración con las empresas para manifestar el compromiso y los valores compartidos. También apuntó a la regeneración como camino para vencer la “crisis de representación” que se vive en las empresas y también en las instituciones sociales. La regeneración pasa por un mayor dinamismo de nuestras organizaciones”, destacó.

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