El director, Daniel Portillo Trevizo, conversó con Vida Nueva sobre la obra, cuyo esfuerzo está dedicado a las víctimas de abusos no sexuales y a quienes están en proceso de reparación de su propia dignidad
Recientemente, el Consejo del Centro de Investigación y Formación Interdisciplinar para la Protección del Menor (CEPROME) lanzó una nueva publicación titulada ‘Abusos y reparación’, como fruto de la experiencia de acompañamiento a las víctimas o del abuso vivido en cada uno de los autores.
En entrevista para Vida Nueva, el sacerdote y doctor Daniel Portillo Trevizo, quien coordinó este esfuerzo, aseguró que la obra emerge en un contexto histórico de la Iglesia, donde se puede constatar que los delitos no son sólo sexuales.
“Más aún –explica– se podría decir que el tratamiento de toda esta dolorosa e inolvidable realidad en la Iglesia nos ha sumergido en los niveles aún más recónditos, en aquellas conductas en las que algunas de ellas, hoy en día, no pueden ser incluso tipificadas como delitos”.
Asimismo, esta obra está dedicada a todas aquellas personas víctimas de los abusos no sexuales, así como a quienes se encuentran en su proceso de reparación de su propia dignidad.
“Que la promoción y difusión de estos esfuerzos sea cada vez más una motivación más genuina para construir en nuestra Iglesia ambientes más seguros y relaciones más sanas”, aseguró.
PREGUNTA.- Doctor Portillo, ¿ante qué inquietudes surge el libro ‘Abusos y reparación’?
RESPUESTA.- El tratamiento de los abusos en la Iglesia católica representa un esfuerzo a largo plazo, lo cual no permite, ni esfuerzos minúsculos, ni tampoco voluntades parciales. Los daños conocidos, al momento, por la comisión de los delitos sexuales y no sexuales por parte de una porción de la población creyente, representan el inicio de una investigación que debe realizarse siempre con una aspiración veraz y profunda, así como interdisciplinar y holística.
Dicha investigación, progresiva e impetuosamente, ha llevado a la comunidad eclesial a un doloroso conocimiento de las raíces más profundas de este terrible mal. En dicho nivel, se podría constatar que los abusos no siempre son sexuales o, mejor dicho, dentro de las raíces de los abusos sexuales siempre resultan las conductas no sexuales. De tal manera que, si la Iglesia comienza con una seria averiguación sobre la complejidad de dichos delitos, podrá constatar que a la raíz de estos delitos se encuentran aquellos comportamientos abusivos que, sin ser sexuales, representan una plataforma ideal para la comisión de las ofensas sexuales.
En la profundidad de las conductas inapropiadas al interno de la Iglesia es posible encontrarse una amplia gama de conductas dañinas. Previamente ya he señalado este tipo de conductas como “eclesiopatías”, es decir, dinámicas patológicas que, sin ser de índole sexual, despliegan una serie de comportamientos tóxicos al interno de la comunidad creyente.
Lamentablemente, este patológico sector ha sido poco tratado y, por ende, también, poco penado en la legislación canónica y en la investigación eclesial. Es por ello por lo que abordar la diversidad de factores abusivos previos para la comisión de los delitos sexuales es una responsabilidad de la presente publicación.
P.- ¿Cómo está estructurado el libro?
R.- Los autores correspondientes a la primera parte de la obra tienen la responsabilidad de provocar en el lector una reflexión sobre todas aquellas conductas de maltrato, violencia y abuso que anticipa la comisión de un delito sexual.
Zonas grises, maltrato, abuso de conciencia, abuso de poder, abuso espiritual, vulnerabilidad y abusos de autoridad; son algunos de los conceptos que forman parte de los esfuerzos de la primera parte de la obra. Los autores, peritos en distintas áreas de investigación, realizan el esfuerzo de desarrollar desde distintos ángulos esta reflexión interdisciplinar.
Por otro lado, la segunda parte de la obra señala la importancia de la responsabilidad eclesial en el tema de la reparación. Colaborar en la restauración de la dignidad de una persona, después de haber acontecido un abuso sexual, es una responsabilidad innegable de la Iglesia. La reparación no sólo tiene un enfoque, ni busca tampoco un solo fin, más aún, el resarcimiento de los daños siempre implica, una perspectiva delicada, empática, dispuesta a la escucha y al respeto del proceso de cada una de las personas afectadas. No existe una única vía de reparación puesto que cada persona es un misterio y cada proceso es diverso. Sin embargo, es obligación de la institución eclesial acompañar estos procesos.
Por lo tanto, el lector podrá encontrar en la segunda parte de la obra “el después” de los abusos sexuales cometidos en la Iglesia católica, desde el enfoque de la reparación. Los argumentos claves de esta segunda parte es la reparación de la confianza y la fe, la escucha y la justicia y, por último, la vida espiritual, desde el enfoque de las víctimas. Esta segunda parte explora en la responsabilidad que la comunidad creyente deberíamos tener después de la comisión de un delito al interno de la institución. Los autores, también de distintos países y enfoques, tratarán el tema partiendo del acompañamiento y la experiencia personal que ellos mismos han vivido.
P.- ¿De qué herramientas dotará a los lectores?
R.- Los autores de distintos países, pretenden analizar de manera interdisciplinar toda una serie de abusos híbridos, así como la necesaria reparación de frente a estos atroces delitos. La lectura de la presente obra procura acompañar al lector en el antes y el después de los comportamientos sexuales inapropiados cometidos dentro de la institución eclesial. En la primera parte de la obra se considera algunos de los elementos que anteceden el abuso sexual, tales como: el maltrato infantil, las violencias, las zonas grises, la vulnerabilidad, el abuso espiritual, de poder, de conciencia y aquellos cometidos por figuras carismáticas. En la segunda parte, algunos autores se sitúan en el después de los abusos, abordando distintos elementos de la reparación como la confianza, la justicia y la teología.
Los escándalos sexuales en la Iglesia católica han generado una progresiva reflexión cada vez más profunda al tratamiento del problema. Las conductas delictivas han pasado de ser una cuestión meramente psicopatológica de un clérigo perpetrador a una responsabilidad también sistémica de la institución eclesial. Con el paso del tiempo, se ha podido analizar que las causas de la problemática no resultan meramente sexuales, sino que en el fondo las raíces son de connotación abusiva no sexual. La presente publicación surge como una inquietante respuesta que busca ser más coherente a la verdad de los hechos, exigiendo una narrativa más objetiva y profunda.
P.- ¿A qué público está dirigido el libro?
R.- Para todas aquellas personas interesadas en reflexionar, analizar e investigar sobre algunas de las causas de los abusos en la Iglesia. El lector puede ser desde un aficionado al tema hasta un especialista en la materia.
P.- ¿En el último año cuál considera que ha sido el aporte del Consejo de CEPROME Latinoamérica?
R.- El Consejo de CEPROME Latinoamérica se ha venido fortaleciendo en estos dos últimos años con una propuesta formativa y de investigación cada vez más amplia y profunda. Al día de hoy contamos con un consejo constituido por laicas, religiosas, religiosos y sacerdotes que representan distintos países latinoamericanos.
Hemos consolidado nuestra oferta educativa ofreciendo al momento 17 diplomados y 4 webinar con distintos enfoques y disciplinas. Asimismo, el Consejo ha impulsado 9 publicaciones con distintos autores y de diversos países. Somos conscientes que aún queda mucho por hacer, pero estamos decididos a realizar todo aquello que esté en nuestras manos y a luchar con este clima de abusos en la Iglesia.