Acompañado de Valeria López Mancini, secretaria General Adjunta de la Conferencia Episcopal de Chile, el cardenal Celestino Aós, arzobispo de Santiago, fue invitado a exponer ante la Comisión sobre Principios constitucionales: Democracia, Nacionalidad y Ciudadanía, de la Convención Constitucional que elabora la propuesta para una nueva Carta Magna.
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La presentación “Principio de igualdad: la dignidad de la persona” se inició con una introducción de Valeria López, quien expresó que “una constitución no debe solo ceñirse a organizar el poder político, su distribución y limitaciones, sino también delinear un cierto horizonte u objetivos, y eso se logra a través del conjunto de los principios constitucionales”.
Agregó que el primero de esos principios es el que declara que “las personas nacen libres e iguales en dignidad y derechos”. Destacó que “la igualdad no es producto de las declaraciones de derechos, sino que estas se basan en la igualdad, que emana de la común dignidad que tiene toda criatura humana, y que la hace merecedora de respeto como tal”.
Creados iguales en dignidad
A continuación, Aós abordó la dignidad de la persona desde la Doctrina Social de la Iglesia, señalando que “nuestra antropología cristiana se basa en el hecho que todas las personas, al ser hijos de Dios, somos creadas iguales en dignidad”.
“La Iglesia, continuó el arzobispo, fundamenta la esencia de los derechos humanos en la naturaleza humana creada por Dios, y en el derecho natural. En consecuencia, los derechos humanos residen en la persona, en cuanto sujeto del poder y origen del Estado. Por lo tanto, los derechos del hombre no son concesiones de los Estados, sino que son de cada persona en virtud de su dignidad. Los Estados deben garantizar, promover y defender el conocimiento y el ejercicio efectivo de los derechos de todos los ciudadanos”.
El cardenal también expresó que “la igualdad fundamental de los seres humanos ante Dios, tiene como consecuencia la imposibilidad de justificar ninguna discriminación ante las leyes humanas. Por tanto, la persona debe ser defendida contra cualquier intento social que pretenda negarle, abolirle o impedirle ejercer sus derechos”.
Aplicar medidas concretas
Citando al papa Francisco, el arzobispo recordó la necesidad de desarrollar “una firme voluntad de elaborar y aplicar medidas concretas, que favorezcan la dignidad de todas las personas en sus relaciones humanas, familiares y laborales, combatiendo al mismo tiempo las causas estructurales de la pobreza, y trabajando para proteger el medioambiente natural”.
Señaló, entonces, que “no sólo enfrentamos una crisis del planeta a nivel ecológico, sino que es un problema integral, del cual somos parte, ya que también el bienestar común está afectado por el daño que hemos hecho a nuestra Casa Común, y atenta contra los derechos humanos”.
Aós concluyó señalando la coincidencia de la Declaración Universal de los Derechos Humanos con la Declaración conciliar Dignitatis Humanae “en fundamentar la libertad religiosa en el mismo concepto de dignidad de la persona, y por ello forma parte de sus derechos fundamentales”. Recordó que “todos los hombres deben estar libres de coacción, tanto por parte de personas particulares como por parte de grupos sociales y de cualquier potestad humana, y esto de tal manera que, en lo religioso, ni se obligue a nadie a actuar contra su conciencia, ni se le impida que actúe conforme a ella en privado y en público, solo o asociado con otros, dentro de los límites debidos”.
Desde la verdad y el respeto
Una vez terminada la presentación, los integrantes de la comisión hicieron preguntas buscando profundizar aspectos como los derechos humanos, la mirada respecto al modelo de Estado confesional o laico, la educación y el rol de la Iglesia en relación a los pueblos originarios.
Finalizado el encuentro Aós fue consultado por la prensa. Allí expresó que “hemos venido para hacer nuestro aporte, en este momento importante para Chile en que la Asamblea Constituyente está tratando de recoger todo lo que los ciudadanos piensan para escribir una nueva constitución que va a ser el marco de nuestra convivencia. Y nosotros desde nuestra posición de ciudadanos, ciudadanos cristianos católicos, hemos venido para hablar de la dignidad de la persona humana y de los derechos fundamentales que desde ahí surgen. El encuentro ha sido grato, franco, con algunas preguntas que pueden parecer un poco duras, pero está bien porque se busca la verdad. Desde la verdad y desde el respeto vamos a construir un Chile nuevo y mejor”.