“Los que construyen muros pierden el sentido de la historia, de su propia historia”. Es el mensaje que envió el Papa Francisco a los políticos que rechazan per se a los migrantes, durante la rueda de prensa del vuelo de regreso de su viaje a Grecia y Chipre.
- PODCAST: Reggaeton en el Vaticano
- ¿Quieres recibir gratis por WhatsApp las mejores noticias de Vida Nueva? Pincha aquí
- Regístrate en el boletín gratuito y recibe un avance de los contenidos
A los líderes públicos que “hacen muros y alambradas” con concertinas, les invitó a ponerse en el lugar de los que huyen de sus países. A partir de ahí, propuso una migración regulada: “Todo gobierno debe decir claramente ‘puedo recibir tantos…’. Porque los gobernantes saben cuántos migrantes pueden recibir. Están en su derecho. Esto es cierto. Pero los migrantes deben ser acogidos, acompañados, promovidos e integrados”.
Acogida ordenada
“Si un gobierno no puede acoger a más de un número determinado, debe dialogar con otros países, que se ocupen de los demás, cada uno de ellos”, compartió en su reflexión con los periodistas, reclamando que, en el caso de la Unión Europea, ejerza un papel de mediador para que “haya armonía entre todos los gobiernos para la distribución”. “Falta esta armonía general”, insistió el Papa.
En paralelo, reivindicó la necesidad de integrar a los extranjeros, poniendo como ejemplo a Suecia, a la vez que volvió a denunciar el tráfico de migrantes a uno y otro lado del Mediterráneo. Con estas cuestiones sobre la mesa, recuperó su clamor de ayer en Lesbos: “Arriesgamos la civilización”.